Reformando, que es gerundio

Opinión – Granada Económica

 Domingo Funes

Dice el diccionario que reformar significa, entre otras acepciones, modificar algo, por lo general, con la intención de mejorarlo. En estos confusos momentos que en lo económico nos ha tocado vivir, las palabras que más se repiten nos van dibujando el gráfico evolutivo de la situación.

 

Primero fue ‘crédito subprime’, luego vino la ‘crisis del ladrillo’; sin solución de continuidad llegó el ‘cierre del gripo del crédito’, que desde entonces ha sido una constante; vinieron ‘turbulencias’ sin fin que hicieron tambalearse a los ‘mercados’,  esos hectoplamas -con permiso de mi amigo Ángel- que todo lo controlan y, sin embargo, a ellos sólo los acaricia la invisible mano keynesiana. Ahora estamos en el tiempo de las ‘reformas’. Para mejorar, se entiende. El tsunami mediático de semejante verdad amenaza con llevarnos a la ruina si no las abordamos inmediatamente. ¡Y pensar que hace dos días éramos los campeones del mundo creando empleo; que nuestra economía jugaba en la Champions, tan repleta de músculo y solvencia financiera;  que todo era recomendaciones de compra en todos los valores bursátiles, incluso  los chicharros más imprevisibles! El milagro español destacaban los expertos hace un cuarto de hora. Ahora todos pedimos reformas como locos, aferrados a ese nuevo paradigma. Por eso, a veces, dudo: ¿lo que oímos aué son, voces o simples ecos? 

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