Entrevista a Miguel Ángel Almagro, vicepresidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada

Miguel Ángel Almagro conoce muy bien el sector de la construcción dado su vinculación al mismo como vicepresidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP) de Granada y vicepresidente del Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción y Obra Pública, Ceacop. Este ingeniero de Caminos y en la actualidad director general de Grulop, nos ofrece a continuación su visión sobre cómo está el sector de la construcción después de unos años en los ha sido la actividad más castigada por la crisis.

En primer lugar, ¿podría explicarnos cuál es la situación del sector de la construcción en Granada?

Granada es una provincia donde tradicionalmente la construcción ha tenido un gran peso en la economía y, por lo tanto, la caída en inversión y en promoción ha tenido mayor peso que en otras provincias. Hemos experimentado no solo la desaparición de empresas, sino la destrucción de muchos puestos de trabajo. Algo que en otros sectores hubiese sido escandaloso, aquí parece que se asume con más o menos normalidad, y desde las asociaciones nos revelamos porque no es una situación que se pueda normalizar.

En la época de bonanza ha habido promotores y constructores, que al igual que en cualquier otro sector, han ganado dinero, pero ahora, tanto a los que han desaparecido como a los que permanecen en activo, se les demoniza. La contribución de este sector a la economía ha sido muy importante y lo que no se puede hacer es dejar que desaparezca o se destruya. Hay muchos profesionales y técnicos con gran formación, que se están marchando fuera y todo esto al final tendrá una reversión muy negativa. Tenemos un capital que fuera está muy valorado, pero aquí no.

La inversión pública en construcción revierte vía impuestos en un alto porcentaje, y es algo que nunca se analiza. Pero sobre todo, tiene una implicación en cuanto a creación de puestos de trabajo muy grande, y la destrucción de esos puestos de trabajo está lastrando mucho el consumo.

¿Cuál es en estos momentos la tasa de ocupados en el sector en nuestra provincia?

Actualmente tenemos unos 9.900 empleados en el sector. Según datos del INE, desde el inicio de la crisis se han perdido unos 42.000 puestos de trabajo. 

En estos años ha habido sectores que han recibido algún tipo de ayuda de las administraciones para salir a flote. ¿Ha sido así en el sector de la construcción?

No solo no hemos recibido ayuda, sino que a este sector, y en concreto a la promoción, ya se le estaban poniendo “palos en las ruedas” antes incluso de que comenzara la crisis real. 

Es cierto que había un urbanismo desbocado y que había que hacerlo más sostenible, pero sostenible no es igual a cero.

La obra civil también ha sido estos años muy castigada, cuando la mayor parte de los fondos públicos, salvo algunos casos muy concretos y muy comentados de infraestructuras inservibles, han sido bien empleados y gestionados. España ha pasado a tener unas infraestructuras de primer nivel, y Granada, en este caso, tenemos que decir que sigue a la cola de las provincias. Aquí hay más necesidad que en otros lugares de completar infraestructuras como autovías y carreteras, pero como mínimo, lo que hay que hacer es mantener lo que ya se ha hecho, porque rehacerlas cuesta cinco veces más que conservarlas.

En el tema de depuración también queda mucho por hacer para cumplir con la normativa europea.

La pyme siempre ha reclamado una parte del pastel de las adjudicaciones de las administraciones públicas. ¿Se ha visto recompensada?

La Junta de Andalucía sí ha tenido esa sensibilidad en cuanto a las licitaciones y adjudicaciones, con lo que a lo largo de los años las empresas nacionales siempre han contado con empresas locales para realizar UTE´s, cosa que en las obras que dependen del Gobierno central, salvo honrosas excepciones, no se cumple.

También la Diputación Provincial es una institución que está llevando un importante plan de obras en el que participan numerosas empresas granadinas.

¿Y cómo va el tema de impagos, que ha sido otro de los caballos de batalla del sector?

Ha habido un par de balones de oxígeno con los planes de pago a proveedores, pero lo que se queda fuera de esos planes tiene muy malas perspectivas de cobro, encontrándonos con muchos expedientes que no se van a pagar.

Sí parece que las certificaciones corrientes se están empezando a pagar con plazos más normalizados.

¿Qué le pide a las administraciones?

Más implicación con el sector y con las asociaciones provinciales, que somos las que vivimos el día a día de las empresas del sector. Aquí hemos tenido un problema evidente de falta de cumplimiento por parte de la administración, que es otra cosa que se da por normalizada, cuando es algo increíble que sea la propia administración la que incumple sus leyes respecto a cualquier proveedor. Hemos llegado a tener que realizar hasta 24 visitas a todo tipo de instituciones para tratar de resolver problemas que eran manifiestamente injustos, y finalmente hemos tenido que interponer una denuncia.

Yo suelo decir que pasados los años, cuando le tiren el salvavidas al náufrago, estará ya ahogado.

¿Por qué no hay en Granada grandes empresas constructoras?

Granada tiene empresas que se consideran de tamaño medio a efectos legales, pero si no hay una continuidad en cuanto a adjudicaciones, difícilmente pueden llegar a ser grandes empresas.

Y en Andalucía vemos que cuando una empresa adquiere cierto volumen se va a Madrid…

Esto es así porque parece que cuando aspiras a adjudicaciones estatales, si no tienes sede social en Madrid no tienes nada que hacer. 

Las inversiones del Estado de mayor cuantía van a parar a las grandes constructoras, y no potencian que al menos en UTE participen las empresas locales. Lo más que se hace es subcontratar, pero ese no es el modo de crecer, sino de sobrevivir.

Volviendo al tema de la obra, ¿qué opina de la llegada del AVE?

A estas alturas lo verdaderamente importante de esta infraestructuras es que llegue. Se ha perdido mucho tiempo en discutir el cómo, y a estas alturas quizás lo más práctico es que llegue.

Yo recuerdo la gran polémica surgida en torno a la A-92, y aunque se pudo hacer mucho mejor, la decisión primordial fue hacerla, porque si no es tiempo perdido.

Sabemos cómo queremos que llegue el AVE a Granada, pero hay que tener en cuenta que las decisiones se están tomando en un momento en el que no hay presupuesto.

Granada tiene un grave problema y es que siempre somos los últimos. 

En cuanto a edificación y según los datos de la Asociación, ¿cómo está el stock de viviendas nuevas en la provincia?

Según los datos que manejamos en la Asociación, en la provincia de Granada quedan 5.805 viviendas nuevas sin vender.

¿Cuánto tiempo puede tardar el mercado en absorber ese número?

En el año 2012 se vendieron 4.082 viviendas nuevas y en 2013, a falta de los datos del último trimestre, se vendieron 3.269. La venta ha ido descendiendo desde las 8.000 viviendas de 2007 a unas 4.000 que se han vendido en plena crisis.

¿Esto significa que en un año se absorberá ese stock de vivienda? No. La lectura que realizamos nosotros es que hay viviendas que siempre estarán en stock por cuestiones de situación, tipología y precio. Hay un poso que no tendrá salida nunca.

Hasta ahora el mercado demandaba un tipo de vivienda y ahora la tendencia ha cambiado. Antes el sueño era vivir en adosados a las afueras de las ciudades y ahora la gente vuelve a optar por comunidades.

De las 5.805 viviendas sin vender, hay un número de ellas que seguirán ahí durante mucho tiempo. De ese total, en Granada capital quedan 1.200 viviendas por
vender, lo que para una población de más de 250.000 habitantes no es mucho. El problema para acceder a estas viviendas es la financiación.

¿Qué hace falta para reactivar la construcción de viviendas?

La administración no quiere mover ficha en un sector que está demonizado, aunque parece que se empiezan a dar los primeros pasos. En este sentido, la Junta de Andalucía ha hecho ya algunas declaraciones para reactivar el sector, lo que pasa es que todavía no se está notando. Esas decisiones tienen que transmitirse y ponerse en marcha lo antes posible.

Perspectivas hay muchas y esperamos que no se quede en papel mojado. Como sector estamos expectantes y mientras tanto siguen cayendo empresas.

Los antecedentes no fueron muy buenos, como por ejemplo el Plan de Vivienda 2009-2012. Estamos en 2014 y el Plan ni está ni se le espera. Solo hay borradores y con muy escaso presupuesto. Para que la rueda siga girando hace falta invertir, y en eso estamos. No perdemos la esperanza.

¿Cree que ha tocado suelo el precio de la vivienda?

Desde la Asociación creemos que es un buen momento para comprar. En estos momentos se pueden encontrar algunas oportunidades, con una relación calidad-precio muy buena.

¿Por dónde pasa, en su opinión, la solución para el reflote de un sector, en general, tan castigado?

La solución pasa por hacer ver a nuestros políticos que no pueden dejar perder un sector como este, que no solo crea empleo, sino que revierte un alto porcentaje vía impuestos a las arcas del Estado y crea un movimiento de economía muy importante.

Necesitamos más inversión pública y una apertura de las vías de financiación. Además de más decisión política en cuanto a agilidad en la burocracia.

Necesitamos ayuda, porque no se puede permitir que el sector de la construcción y de la ingeniería quede reducido a cuatro grandes empresas nacionales. Son las empresas locales las que más empleo generan y no podemos dejar que desaparezcan.

Actualmente está tan demonizado el sector, que se da como noticia positiva que el Ayuntamiento de Granada va a hacer cero obras. Queda mucho por hacer y por mejorar en la ciudad, porque los granadinos siguen pagando sus impuestos para todo tipo de obras y servicios.

Decir que no se van a hacer obras como solución para la economía, es algo que no llegamos a comprender.

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