Caja Rural organiza una jornada de análisis del mercado subtropical

Especial Costa Tropical • Granada Económica

ESTUDIO SUBTROPICAL/ UN GRUPO DE EXPERTOS EVALÚA LA SITUACIÓN

DEL SECTOR FRUTICULTÍCOLA Y LOS RETOS QUE ENFRENTARÁ A LO LARGO DEL SIGLO

Encuestas/ Los datos revelan que no se ha avanzado en la promoción subtropical respecto a 1998 

Un grupo de expertos analizó en una jornada en Almuñécar, organizada por Caja Rural de Granada, los nuevos retos de la fruticultura subtropical del siglo XXI. El encuentro fue bien acogido por el sector. Más de un centenar de productores, comercializadores y técnicos agrícolas asistieron.

Las ponencias contaron con la participación del doctor Javier Calatrava, jefe del departamento de Economía Agraria del IFAPA, investigadores de la Estación Experimental de La Mayora-CSIC, Emilio Guirado y su Gerente Antonio Cordón, el director de la comercializadora Trops, Enrique Colilles, y Javier G. T., ingeniero técnico e investigador-colaborador de Caja Rural. Moderó la sesión Ignacio Escobar, de la Estación Experimental La Nacla-Puntalón.

El doctor Calatrava analizó la situación del mercado del mango y presentó los resultados de un estudio sobre el conocimiento, actitudes y opiniones de los consumidores españoles respecto a la chirimoya.  

Sobre el mango, Calatrava dio a conocer el especial y crucial significado para las zonas rurales productoras, así como para los países que se benefician del comercio y del consumo. La producción y comercialización de mango genera importantes beneficios tanto a los agentes externos como a las sociedades rurales de los países productores. 

El ponente informó sobre el consumo en los cinco continentes, el comercio internacional, y las importaciones y exportaciones. En 2008 España produjo 19.256 toneladas de este subtropical. Importó casi lo mismo de lo que produjo, 18.229 toneladas, y exportó 12.120 toneladas. En nuestro país se consumieron 25.365 toneladas. El 55 por ciento de nuestra producción se ha exportado principalmente a Portugal. El papel español es cada vez más importante en el comercio intraeuropeo del mango. Es al mismo tiempo productor, importador, exportador y consumidor, y presenta una fuerte dinámica creciente en producción e importación. 

La superficie total dedicada en España a este cultivo se estima en 3.700 hectáreas, que se concentran en Málaga, Islas Canarias y Granada. El consumo medio nacional anual está alrededor de 600 gramos por habitante, y es regular en los doce meses del año. Las encuestas reflejan que lo que el consumidor valora principalmente es el sabor, la firmeza y la textura de la pulpa, y la variedad, origen y  fibra, lo que menos. 

El mango español es un mercado dinámico en expansión, tanto en el interior como en Europa. Los precios del productor español son aceptables, pero en el comercio internacional la competencia es fuerte y crece, sobre todo por parte de países con costes de producción inferiores. España debe seguir unas estrategias basadas en la gran ventaja de la proximidad europea y la inherente frescura del producto. Se plantea la consecución de denominación de origen “Mango español”, ligada a una promoción adecuada, orientada a la mejora de posición internacional. 

Calatrava aconsejó el aumento del periodo de oferta a lo largo de todo el año, la conveniencia del aumento de la cantidad y la calidad del producto en el mercado, mediante la disciplina en todas las fases de explotación. 

Es necesario consolidar el incremento de la demanda en el mercado interior, abrirse a mercados de alta calidad como los ecológicos, de marcas especiales, e investigar y transferir el conocimiento. 

Otro de los ponentes, Enrique Colilles, explicó que la concentración que hay en España de la variedad Osteen ha valido para que Europa reconozca al país como productor de mango de calidad. Esta variedad se ha completa con otras muy apreciadas, presentes a la vez en el mercado. 

Colilles destacó la política de promoción de su empresa en España y en países como Francia y Alemania. Recordó la importancia de vigilar el cumplimiento de la normativa en el etiquetado de la fruta, por lo habitual de encontrar aguacate y mango con origen España, en épocas en las que no hay producción. Incluso en época de campaña se falsea la procedencia por la buena imagen de calidad del origen español. 

Chirimoyo

Calatrava aportaba un resumido avance preliminar de resultados, comportamientos del consumidor y de los mercados, respecto al chirimoyo, de un proyecto en el que está trabajando. Coordinado desde la Estación Experimental La Mayora-CSIC,  trata de la  ‘Combinación de diferentes estrategias para potenciar el cultivo sostenible del chirimoyo en Andalucía’. En este contexto, se realizó un sondeo a 1.000 consumidores españoles, intentando analizar la situación del consumo de chirimoya, comparada con los resultados obtenidos hace 12 años en un proyecto previo. El sondeo se completa con entrevistas a detallistas, análisis históricos de la demanda en España y la valoración de características internas del fruto de la chirimoya, por un panel de consumidores.

Según el proyecto, una superficie de 2.865 hectáreas, básicamente localizadas en la costa de Granada, y una producción oscilante según la campaña, estimada, por ejemplo, en 35.139 toneladas, en 2008, y en 28.522 toneladas, en 2009. 

El mayor consumo se centra en el mercado interior, exportándose un 12 por ciento. España es el primer país  productor y consumidor de chirimoya del mundo. Las cifras totales en la península indican un consumo  medio  per cápita de entre los 550 y 600 gramos. El consumo no está distribuido por igual en toda España. Dos zonas sobrepasan el kilogramo por habitante, Madrid, que consume entre el 35 y el 40 por ciento, y gran parte de Andalucía, que consumen casi el 30. Con la excepción de Barcelona, entre un 12 y un 15 por ciento, en el resto de España es prácticamente de consumo marginal y bastante desconocida. Algunos datos aportados avanzan que casi un 10 por ciento de los españoles no saben que es una chirimoya, y la cuarta parte no la ha probado nunca. Casi dos terceras partes de los españoles no saben donde se cultiva y un 63,2 por ciento, no consumen nunca esta fruta o lo hacen raramente. Sólo un 6,5 por ciento consumen chirimoya al menos una vez por semana cuando en temporada. Estos consumidores habituales, casi tres millones, ubicadas en su mayor parte en las dos zonas de más consumo, ingieren algo más de  la mitad de todo el consumo nacional. El estudio refleja que a más consumo más conocimiento, y una situación que se asemeja a la obtenida en 1998.

De los análisis realizados y las cifras de nivel de conocimiento y consumo en los distintos mercados, el ponente expresó unas consideraciones centradas en el mercado de la chirimoya. Para él, es un mercado estabilizado en el lado de la oferta y el de la demanda. De este equilibrio resulta un precio relativamente bajo, con una tendencia decreciente, y los niveles de conocimiento y consumo no han variado en la última década. 

Es muy improbable que se den incrementos en la superficie de chirimoyo, por lo que continuará la tendencia a disminuir la superficie de plantaciones. En estas circunstancias, un aumento de la cantidad ofrecida sólo tendrá lugar mediante el incremento de la productividad. Esta hipótesis, según el ponente, supondría bajar aún más los precios reales al productor. Este sector debe necesariamente valorizar el producto mediante políticas de calidad e inducir cambios positivos en la demanda, con la mejora de las estrategias de información y producción.

El sector productor, apoyado por las administraciones públicas competentes,
ha de asumir estrategias ligadas al aumento de productividad y reducción de costes, en cinco direcciones comerciales, la mejora de la calidad, la mayor  desestacionalización de la oferta, la mejora de la comercialización, la inducción de cambios positivos en la demanda del mercado nacional y el fomento de la exportación, sobre todo si se preveen incrementos de la oferta. 

En definitiva, debe trabajarse en los tres ejes estratégicos de la promoción y propaganda, una campaña básica de conocimiento del producto destinado a las zonas menos consumidoras, la concentración y organización de la oferta, que permitirá un mayor control de la calidad y la cantidad ofrecida en el mercado y la mejora de la  comercialización, y la investigación y transferencia de conocimiento, para favorecer incrementos de productividad y la mejora de las técnicas culturales.

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