Hay luz al final del túnel

Granada Económica • Editorial – Opinión

Carlos BOCANEGRA BAQUERO *

España ha basado su crecimiento pasado en el ahorro exterior, que ha permitido al sector público y privado financiarse para mover la economía española, mediante un modelo productivo que ya se ha agotado, por lo que hay que reinventarse para volver a crecer. En éste sentido, no se puede olvidar que nuestra dependencia de la inversión extranjera es clave, y de los ingresos por turismo también. 

Actualmente, casi el 50% de la deuda pública viva se encuentra en manos de inversores extranjeros, por lo que su participación en la refinanciación de la deuda española es fundamental. Para ello es necesario atraer de nuevo la confianza de los inversores internacionales y recuperar una imagen saludable y fuerte de nuestra economía en el exterior. La fórmula para ello pasa por reformas estructurales y sistémicas, ya que el entorno global ha cambiado y no podemos quedarnos anclados en el pasado. No es lógico ni eficiente que el Estado gaste miles de millones en formar a jóvenes, capital humano cualificado, para que luego tengan que marcharse al extranjero en busca de una oportunidad de futuro que no encuentran en España, y pongan en valor sus conocimientos. Los países BRIC (Brasil, Rusia, India, China), más el grupo de los N11 (emergentes de menor tamaño), están liderando el despegue económico global, desplazando el foco del crecimiento y la creación de empleo. También el destino de los capitales. Hoy día ya no es posible competir en costes con los países emergentes, ni tampoco devaluar la moneda nacional, por lo que la vía de crecimiento tiene que venir por la mejora de la competitividad, flexibilidad estructural para adaptarse a un mundo dinámico, y ajuste de los costes globales. Un país, como una familia, no puede gastar más de lo que genera, es inviable. Eso implica cambios estructurales importantes, pero hay que quitarle el freno de mano a la economía nacional para poder competir a nivel global. Hay que mejorar la productividad del país, tanto en lo público como en lo privado. De lo contrario, seguiremos destruyendo empleo y riqueza social, o lo que es lo mismo, seremos un país cada vez más pobre, más endeudado, con menores expectativas de futuro y con menor presencia internacional. Sin duda, el segundo semestre de 2011 se presenta crucial para el futuro de España, y es imprescindible llevar a cabo con urgencia las reformas necesarias que nos aparten del furgón de cola de los “países periféricos europeos”, y nos devuelvan a nuestro lugar como la quinta economía más importante de Europa. Una vez superado éste trance, en 2012 se sentarán las bases para un cambio de modelo productivo basado en el apoyo a la empresa como elemento dinamizador, creador de riqueza y empleo, con especial atención a las actividades de I+D, que actúen como elemento generador de ventajas competitivas para el futuro económico de España. Ya no es fácil competir en costes, pero si podemos ser innovadores, mejorar el servicio y la atención al cliente como fórmula para generar valor añadido, y por supuesto, seguiremos siendo el principal destino turístico de Europa, por lo que hay que cuidar y mimar a cada turista como si de un billete de 500 euros se tratara.

 

* Carlos Bocanegra Baquero

es Director de Renta 4 Granada

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