¿Qué pasa con Europa?

La situación actual en Europa se parece a todo, menos a una Unión. Los países miembros están forzando situaciones extremas en función de intereses particulares, y no generales. Algunos se están financiando a coste casi cero mientras otros están teniendo que pagar intereses por encima de lo que sería acorde a la situación real del país, gracias al caos instalado en las instituciones europeas. Cada vez hay más países europeos en recesión, el paro zona Euro está en máximos históricos, la pobreza va en aumento, y si va mal en el futuro de Europa, irá mal para todos. Hasta los países emergentes se están viendo ya afectados por las dudas sobre el Euro.

El caos instalado por los comunicados, desmentidos posteriores, filtraciones, reuniones y todo tipo de informaciones contradictorias en las instituciones europeas, amenazan con minar la escasa confianza restante, tras cinco duros años de crisis. Europa necesita más Unión, económica, monetaria, bancaria, política y fiscal, para salir adelante, y un ministro europeo de Finanzas.

 La situación actual hace necesario un Plan Global de Reconstrucción Europeo, dado que los cimientos han temblado y amenazan la supervivencia. A pesar de que los principales ataques provienen de entornos anglosajones (hedge funds, prensa financiera, agencias de rating) aprovechando debilidades estructurales, e incluso el estallido de la crisis subprime se importó desde EEUU, también desde allí podría surgir la solución para Europa. El déficit en EEUU es superior al europeo, y por tanto, ante la inoperancia europea, el FMI, el G7, con EEUU a la cabeza, y otros organismos internacionales, están presionando para resolver de una vez la errática situación europea. En éste sentido, se han precipitado los acontecimientos para forzar a España, con tres años de retraso, a pedir una línea de préstamo de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar a la banca a través del FROB, bajo la atenta mirada del Eurogrupo y el FMI. Es el tercer apoyo europeo a la banca en menos de un año, aunque el más directo. España es la cuarta economía de la zona Euro, y por eso ha sido fundamental forzar la activación del cortafuegos europeo para evitar más daños colaterales en Europa, sobre todo, ante la incertidumbre de la “tragedia Griega”. 

Esperemos que pronto se recupere la confianza perdida en Europa, y se ponga freno al caos político actual, que está siendo el terreno de juego perfecto para los especuladores más sofisticados, pero no para la economía, el empleo y los inversores tradicionales. En menos de tres meses, deberán quedar las dudas resueltas.

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