Entrevista a Fernando Valdivieso Amate. Presidente de Neuron BPH

En primera persona 

“El objetivo fundamental de Neuron es la lucha contra el Alzheimer ” 

Más de 2.000 suscriptores cubren en apenas unos días los 2,5 millones de la OPS de la firma granadina

A pesar de haber sido, entre otras muchos cargos, Director General de Investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el granadino Fernando Valdivieso (Motril, 1945) es, para la inmensa mayoría de los ciudadanos,  un perfecto desconocido.

Es lo que tiene ser miembro de una sociedad que populariza a los personajes más vacuos e ignora a sus más brillantes conciudadanos. Este doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Autónoma de Madrid, lleva más de 20 años dedicado a la investigación del Alzheimer. Esta aventura investigadora le llevó a fundar una empresa llamada a dar grandes noticias, Neuron BP h. La firma, ubicada en el PTS de Granada, acaba de impulsar un proceso para salir a bolsa. Miles de accionistas, enfermos y familiares, e inversores audaces, aguardan esperanzados el fruto de sus investigaciones. 

¿Cómo va el proceso de salida a bolsa de Neuron?

Bueno pues la verdad es que por lo que nos dice la agencia que se está encargando de la operación, Renta 4, la cosa va muy bien. Se aprueba el 10, salimos el 11 y el 14 de junio, lunes si no recuerdo mal, ya se habían cubierto los 2,5 millones de euros. Es decir que desde el primer día se cubrió. En ese momento había unos 600 o 700 nuevos solicitantes de acciones, pero nos propusimos aumentar el número de accionistas y nos han comunicado que ya hemos superado -la entrevista se realizó el 22 de junio- los 2.000 solicitantes y no perdemos la esperanza de llegar a 2.500. 

¿Por qué han elegido precisamente este momento para salir a bolsa?

Somos una empresa con un proyecto a medio plazo, por lo que la crisis no nos importa. Salir a bolsa es fruto de una reflexión de la empresa hecha a lo largo de 2009 relacionada con las perspectivas que tenemos. 

En este sentido, la empresa prevé terminar la preclínica preparatoria y conseguir la autorización para entrar en Fase 1 de los ensayos clínicos de un compuesto neuroprotector para prevenir la enfermedad del Alzheimer. Es un compuesto que queremos que sirva para actuar antes de que la enfermedad se haya desarrollado, en los primeros estadios, (deterioro cognitivo leve) no para pacientes con la enfermedad ya avanzada, para los que es muy difícil la cura. 

Si todo sigue su curso normal y prosperan las pruebas clínicas, ¿para cuándo podría estar listo el fármaco?

Bueno, la estimación, siempre media, es que la prueba de concepto hecha con animales, con ratones, antes de ensayar con personas, suele tener una duración de dos o tres años. A partir de ahí, hay que completar la fases dos y tres, con lo que, como mínimo, se requieren 10 años. 

Parece, sin embargo, que la comunidad científica está muy ilusionada con el proyecto…

Hombre, yo siempre procuro ser prudente porque unas expectativas desorbitadas, primero te comprometen en el tiempo y luego es que no se puede vender la piel antes de matar al oso. Lo primero que hay que hacer son los ensayos clínicos y si estos van bien entonces nos meteríamos toda la prisa del mundo. A partir de ese momento necesitaríamos, y además es lo habitual, buscar un acuerdo de codesararrollo con una empresa farmacéutica grande. Lo que ahora suele ocurrir es que las compañías pequeñas de investigación cubren las primeras fases  y luego lo hacen ayudadas o en compañía de grandes empresas del sector. Y eso es lo que tendremos que hacer nosotros que no tenemos capacidad de llegar hasta la farmacia. Lo normal es que la búsqueda de esas grandes empresas farmacéuticas se produzca entre Fase 1 y Fase 2 A, donde ya se ha probado que sirve. Ese es el momento óptimo para hacer el negocio. Anualmente suele haber cerca de trescientas operaciones de esta naturaleza.  Pero nuestro objetivo no es vender nuestros descubrimientos sino codesarrollarlos con grandes compañías. En cualquier caso nuestra idea es ser una empresa pequeña donde haya mucho talento.

¿Es la lucha contra el Alzheimer la gran bandera de Neuron?

Yo soy fundador de la compañía y el motivo fundacional es prevenir la enfermedad del Alzheimer. Y todo lo demás, la salida a bolsa, estas instalaciones, etc, no son más que herramientas para conseguir aquel fin. El objetivo prioritario, fundamental y fundacional es la lucha contra el Alzheimer. Dicho esto, no descartamos otros estudios que puedan surgir en las proximidades de la investigación y más si la metodología lo permite. Por ejemplo, también probamos cosas para Parkinson. 

¿Qué importancia tiene para Neuron la otra división, la bioindustrial?

Tiene muchísima importancia. Nosotros decimos que tenemos una empresa con dos motores, como una empresa híbrida. Y el motor de la biotecnología industrial es el que está revolucionando actualmente nuestras posibilidades puesto que se puede desarrollar de manera más rápida y hay menos requisitos para poder hacerlo. Hay que tener en cuenta que la otra división, la biotecnológica relacionada con la clínica, tiene mucha normativa, muchos procesos, muchas cautelas, porque va destinada al ser humano,  y la bioindustrial no tanto. 

En este sentido, estamos en dos sectores muy importantes, en esta división bioindustrial,  como son el biocombustible y los bioplásticos.

Muy mal no deben estar haciéndolo cuando Repsol se ha fijado en ustedes…

Efectivamente, Repsol, que es una mágnifica compañía y con un departamento de investigación muy potente, da la casualidad de que no tienen, creo, ni biólogos, ni bioquímicos. Eso quiere decir que nuestra experiencia y know how son muy complementarios para  la I+d de Repsol. Y así nos consideran: una compañía que puede desarrollarles proyectos tecnológicos para ellos. Tenemos muchas esperanzas en que este acuerdo nos de respaldo y además creo que conseguiremos de forma rápida objetivos industriales de interés. 

Neuron es un spin-off de otro proyecto de investigación pero ¿dónde surge, en la Universidad de Granada o en la Autónoma de Madrid?

Mi grupo estaba en la Universidad Autónoma de Madrid y a instancias de la misma nos indicaron, ya que tenían dificultades para hacer experimentación animal, que donde podríamos hacerlo mejor sería en Granada. Así que la propia fundación de la UAM conectó con el Parque Tecnológico de la Salud para intentar ubicarnos aquí. A continuación yo me puse al habla con el parque y por muchas razones de toda índole, sentimentales, de responsabilidad social, de pertenencia a esta comunidad, decidimos hacerlo aquí.

¿Cree usted que el PTS de la Salud empieza a ser visualizado desde fuera como una realidad cada vez más intensa?

Si, si. Yo creo que sí. Además, está muy bien considerado. Pienso que cualquier persona o entidad debe tener un perfil y está claro que el PTS de Granada tiene un claro perfil, y ese es el de parque asociado a la salud. En ese sentido, hay muchas esperanzas de que lo que yo llamo (risas), ‘bio-valley’ por similitud al Silicom Valley californiano vaya prosperando. Hay que tener en cuenta que Granada tiene mucha tradición de investigación médica y bioctecnológica y entonces está bien elegido el sitio. Yo creo que fue todo un acierto venirnos a Granada porque hemos tenido una magnífica acogida por partes de sus responsables y por parte de las instituciones andaluzas. La verdad es que nos ha sorprendido. 

¿Qué significa para Neuron tener como socio fundador a un empresario tan audaz como Javier Tallada?

Bueno, yo conocí a Javier Tallada en Puleva Biotech. Y con el tiempo fue el primer accionista que ingresó sus dineros en esta compañía, en Neuron, en la primera ampliación importante en el año 2006. Fue Tallada quién me llamó al proyecto de Puleva Biotech y lo primero que me llamó la atención de él es que era una persona muy joven e inteligente, que tenía mucha fe y veía un gran potencial económico en la biotecnología sin ser científico. 

Eso me sorprendió mucho, porque ni en el mundo de la política ni en el de los negocios había visto yo a alguien que confiara en que la ciencia podría ser un instrumento de desarrollo económico. Luego las cosas no salieron bien y él se tuvo que marchar de Puleva Biotech y poco después yo también me fui un poco desilusionado por los derroteros que había tomado el proyecto, y eso sin menoscabo del afecto y agradecimiento que le tengo a esa firma. Pero no era el proyecto mío, no era lo que yo quería hacer, yo quería hacer lo que ahora se está haciendo.  

Entonces, cuando yo me planteo hacer el proyecto de Neuron, una de las primeras personas a las que consulto es a Javier Tallada y como yo sabía que era una persona que se entusiasmaba con esto, pues nada más contárselo me dijo que contara con él, que le gustaba mucho y que seguro habría más gente a la que le gustaría. Me pidió que lo madurara y que lo volviera a llamar. Y cuando tuve el plan de empresa ahí empezó todo. Creo, en definitiva, que es una persona muy válida, muy entusiasta y muy conocedora de los mercados. 

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