Asador La Casona, suculentas carnes e imponentes vistas

Granada Económica • Empresas

El restaurante acaba de ser inaugurado en el enclave histórico ‘Venta de Eritaña’ de Granada

Venta Eritaña es el nombre que ha recibido históricamente el inmueble que acoge al restaurante ‘La Casona de 1897’ desde este verano y al Café-Pub Eritaña desde hace cuatro años.  La construcción del edificio se realiza en un enclave cargado de leyenda, donde se localizaba la ‘Venta de Eritaña’ un establecimiento que fue testigo mudo de hechos de relevancia histórica y cultural, como la presentación de la Revista Gallo en 1928, alumbrada por Federico García Lorca y que, aunque sólo publicó dos números, avivó el germen de las vanguardias de la época y sirvió como nexo de unión de los poetas de la Generación del 27.

La belleza del paraje en el que se ubica el pub Eritaña y ‘La Casona’, con unas instalaciones reformadas y adaptadas a nuestro siglo, animó hace cuatro años a Antonio Muñoz, el regente de este local, a abrir el Pub Eritaña, un establecimiento acogedor y amplio a la vez, decorado con mimo y cuya terraza se asoma a las faldas de Sierra Nevada, todo un lujo teniendo en cuenta que se sitúa en Granada capital, en la Carretera de la Sierra, 152, y  no muy lejos del centro de la ciudad.

Recientemente, y aprovechando la amplitud del inmueble, Muñoz ha inaugurado La Casona, un asador especializado en carnes y verduras que coexiste con el pub y aspira a satisfacer a los paladares más exigentes. 

El edificio, por tanto, se ha dividido en dos partes. A la derecha se encuentra el asador-restaurante, y a la izquierda el pub, que desemboca en una acogedora terraza con unas vistas magníficas, habilitada también para el comedor. Concretamente, en la terraza hay dos comedores, en las que es un auténtico placer degustar una suculenta cena en las plácidas noches de verano. 

Servicio y calidad 

Muñoz destaca “el servicio, la calidad de la materia prima y la delicada elaboración de las recetas” como el complemento perfecto a las instalaciones y a la belleza del paraje. Las instalaciones, por lo pronto, tienen unas dimensiones considerables: ochocientos metros de terraza, con una zona de arboleda y otra para escuchar música en las mesas y tumbonas. 

La idea de Muñoz es que ambos establecimientos se complementen, que, al terminar de comer, los comensales puedan tomarse un gin tonic -especialidad de la casa- o cualquier otro cóctel en la terraza o el pub.

El restaurante tiene una capacidad más que considerable para acoger a un gran número de comensales, sobre 180, y sus especialidades culinarias son el buey, la ternera a la brasa y asados como cochinillo o cordero. En enero, La Casona acogerá unas jornadas gastronómicas, fruto de la firme apuesta de su gerente por la calidad y excelencia gastronómica.

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