Entrevista a Gustavo Ródenas, Director General de Faeca-Granada

Granada Económica • En primera persona

“Las cooperativas constituyen su espíritu en torno a las personas”

El director de la Federación en Granada anima a formar cooperativas o unirse a las existentes para combatir el desempleo

Gustavo Ródenas Díaz es el director general de FAECA en la provincia de Granada. Es licenciado en Informática de Gestión y posee un máster en Dirección y Gestión de Empresas, MBA Executive, obtenido en la Escuela Internacional de Gerencia de Granada. Su trayectoria profesional está estrechamente ligada a FAECA, donde dio sus primeros pasos en el mundo laboral como becario en 1995. Un año después fue contratado por la federación como formador en su especialidad, informática, y después fue asesor para cooperativas en esta materia, en un momento en que las empresas estaban dando el difícil paso de adaptarse a la digitalización. Fue entonces cuando Clara Aguilera, parlamentaria y gerente en aquel momento de FAECA, lo nombró subdirector, y tras cuatro años en el puesto, pasó a desempeñar su cargo actual.

Para empezar, ¿qué valoración hace del primer semestre del año en relación con las cooperativas?

Bueno, nosotros tomamos como referencia las campañas más que los años naturales y los semestres, y estamos en un momento en el que algunas campañas acaban de finalizar y otras están comenzando, dependiendo de la zona y del sector. La costa acaba de cerrar su campaña, a la vez que la zona de interior comienza la suya. La campaña de frutas y hortalizas no ha sido mala; no ha sido de las mejores, pero tras un comienzo difícil, los precios repuntaron y la media final podemos darla como válida. La campaña de primavera, sin embargo, sí ha sido más complicada, y ahora estamos inmersos en la campaña de verano en la vega y del llano de Zafarraya, donde el principio de campaña ha sido aceptable, pero estamos muy pendientes de la climatología de los países de Centroeuropa, que son nuestra competencia en esta época del año. En un producto importante como es el espárrago, la cosecha ha sido menor que otros años, pero esta merma se ha visto compensada por unos precios más dignos que los de otras campañas. El aceite de oliva, por su parte, es un sector que cada año nos sorprende más. Este año, la producción ha sido muy alta, hemos tenido una campaña récord a nivel nacional y, en Granada, similar a la de hace dos años, que fue muy importante. Con ese escenario, esperábamos unos precios bastante bajos, pero las previsiones de producción para la próxima campaña son muy bajas, y ello ha incidido en un alza de los precios que nadie esperaba durante la campaña. Además, esperábamos un excedente considerable, pero  las exportaciones y el aumento de la demanda nacional van a dar salida a toda la producción. En cuanto a la ganadería, el vacuno de leche y los frutos secos, estos últimos han tenido unos precios espectaculares, y la previsión de cosecha que se maneja es muy grande, salvo la zona norte, limítrofe con Murcia y Almería, en la que ha influido negativamente la sequía. En el resto de la provincia, los resultados han sido muy positivos, y cabe destacar a la almendra como uno de los productos más rentables. En cuanto al vacuno de leche, después de unos años de travesía en el desierto, el mercado se ha reactivado con medidas como la creación de la organización de productores, y los precios han mejorado lo suficiente como para que los ganaderos puedan respirar. Y, por último, nuestro cordero segureño y nuestra oveja lojeña han experimentado un impulso notable gracias a la creación de un gran grupo a nivel nacional con el cometido de comercializar todos los corderos españoles. Gracias a iniciativas como esta, el índice de facturación crece y el campo, afortunadamente, se mantiene.

¿Qué datos de facturación arrojan los diferentes sectores?

Para que los datos sean objetivos, nosotros seguimos un procedimiento. Todos los años solicitamos a las noventa cooperativas que representamos una copia del impuesto de sociedades, en el que aparece el valor de facturación. La suma de los noventa valores de facturación nos da el resultado que presentamos en las asambleas. En la última, los datos revelan que la facturación total de las cooperativas se ha incrementado en un 11,5 por ciento, alcanzando los 504 millones de euros. 

¿Qué empleo directo e indirecto generan las cooperativas?

Es difícil de medir, ya que es muy dinámico y cambiante. En campaña de hortalizas en la costa, una cooperativa como La Palma emplea ella sola a mil personas sólo para la campaña. La media, no obstante, suele estar entre los quinientos y setecientos puestos de trabajo por cooperativa y campaña en la costa. El empleo directo en las cooperativas es de 3.000 trabajadores. El empleo indirecto, por su parte, abarca a los 32.000 agricultores y ganaderos asociados a FAECA. 

¿Qué papel juega, en su opinión, la creación de nuevas cooperativas para paliar el paro y generar autoempleo de calidad?

Para responder a su pregunta sólo hay que consultar los datos. El número de cooperativas no ha decrecido, ni hay cooperativas que destruyan empleo; es más, crecen en mano de obra y crean empleo. En mi opinión, las cooperativas tienen mucho futuro por su mera filosofía: nuestro espíritu se constituye en torno a las personas. Las cooperativas son empresas de economía social que pretenden generar empleo de calidad y estable, y crear soluciones para las personas. Se basan en las personas, y no en el capital. Lo cual no significa que no aspiren a ser viables, estables y generar la riqueza suficiente para dar una vida digna a sus trabajadores. Las cooperativas han jugado y juegan un papel fundamental.

¿Qué opina de la formación actual de los agricultores? ¿Cree que están adaptados a las nuevas tecnologías?

Para FAECA, una de las claves del éxito de nuestro modelo es, precisamente, la formación. Nuestro modelo, al que llamamos ‘Modelo de economía social’, está basado en varios principios, y uno de ellos es la formación en todos los niveles y en todos los eslabones de la cadena: en los agricultores, para que produzcan mejor y más no sólo en lo referente a la cantidad, sino también a la calidad, el respeto al medio ambiente o la seguridad en el trabajo. El siguiente eslabón lo conforman los cuadros técnicos de las cooperativas, con quienes también trabajamos a nivel formativo, y, por último, en los cuadros directivos. La formación, unida a la información sobre novedades o requisitos administrativos, cada día mayores en gran medida por las exigencias de Bruselas, que no puede dar a ciegas las subvenciones, son, como le decía, las claves de nuestro éxito.

Según su experiencia, ¿cómo cree que va a afectar al sector la reforma sobre política agraria que entrará en vigor en 2015?

Según mi experiencia y según las valoraciones que hacemos desde FAECA, si bien reconocemos que se hizo una buena negociación en el reparto de fondos europeos para cada uno de los países, en la que España incluso consiguió una ficha financiera levemente superior a la que ostentaba en el marco anterior, tengo que decir que no estamos nada conformes con el reparto que se está haciendo ahora dentro de España. Concretamente, en la provincia de Granada, a sectores como el olivar les va a afectar de una manera muy negativa. Los datos que hemos recabado sobre las medias de las ayudas percibidas desde ahora hacia atrás, se han agrupado en cuatro grupos: cultivos permanentes -olivar y almendro-, secano, regadío y pastos. El montante principal de las ayudas se localiza en el olivar, pero al mezclarse con el almendro las medias en Granada han bajado sensiblemente. Si se compara con Jaén, por ejemplo, la diferencia es abismal. Eso implica que en cultivos co
mo el olivar vamos a padecer una reducción, desde ahora hasta 2020, de hasta el treinta por ciento en las ayudas. Y, según algunas estimaciones, esta merma en las ayudas supondrá una pérdida en torno a los 180 millones de euros en este periodo. No obstante, se trata de estimaciones, ya que no podemos contrastar estos datos por estar en manos del Ministerio, que no nos los está facilitando. Por tanto, si no hay algún cambio de última hora, el reparto en Granada de las ayudas directas nos va a afectar de una forma muy negativa. Y en cuanto a las ayudas indirectas que contempla la PAC y que se destinan a la modernización de las explotaciones, las reformas para actualizar las cooperativas, el arreglo de caminos o la modernización de regadíos, nosotros valoramos nefastamente que Andalucía sea la única autonomía a la que se reste un diez por ciento de lo que venía percibiendo, cuando a ninguna de las demás comunidades se les ha recortado nada y, además, los recursos percibidos son algo mayores que los que teníamos asignados en el marco anterior. 

¿Y A qué achaca usted esta discriminación?

Hay diferentes versiones, según el interlocutor al que preguntemos. El anterior director general del Ministerio de Agricultura, hoy secretario general, Carlos Cabanas, nos argumentó que a Andalucía se la había favorecido injustamente en los repartos anteriores, y por ello era pertinente proceder a esa merma del diez por ciento. Es una explicación que tienen que completar para hacerla más convincente, porque no queremos pensar que el motivo del recorte es castigar al Gobierno andaluz por no ostentar la misma adscripción ideológica que el Gobierno central. No obstante, aunque no queramos pensarlo, este parece el motivo más probable. Lo más grave es que los agricultores van a ser conscientes de esto a finales de 2015, cuando perciban el primer pago bajo el marco de la nueva PAC. Se llevarán una sorpresa muy desagradable y a todas luces injusta después de meses de mensajes contradictorios, pero la realidad es que son las víctimas de las contiendas políticas. 

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