El 29-S, una lección de dignidad y democracia

OPINIÓN

Realidad, según el Diccionario de la Lengua Española, es la existencia real y efectiva de algo, la verdad, lo que ocurre verdaderamente. No obstante, hay quien prefiere considerar realidad aquello que desea aunque no exista, de ahí que intente convencer a los demás de que eso es lo que ha ocurrido verdaderamente. 

 

Los que afirmaban que la huelga general del 29 de septiembre no estaba justificada, los que se atrevían a predecir su fracaso, cuestionando el poder de convocatoria y la fortaleza de UGT y Comisiones Obreras, simplemente estaban expresando un deseo. Y para convertir su deseo en realidad no han escatimado esfuerzos. Los hay que se han dedicado a difamar, calumniar y manchar la imagen de los sindicatos, otros han optado por difundir sondeos de opinión de dudosa calidad y todos, en mayor o menor medida, han participado en el juego sucio de una campaña de desprestigio sin precedentes en nuestra democracia. Su único objetivo: impedir que los sindicatos de clase cumplan con el papel que la Constitución les reconoce y, utilizando la crisis como excusa, arrasar derechos y libertades. Ahora, esos mismos, se empeñan en negar el éxito de la huelga general , pero la realidad es tozuda y al final pone a cada cual en su lugar. 

Lo del pasado miércoles fue un gran éxito, en la UGT lo sabemos muy bien, aunque pretendan ocultarlo con guerra de cifras o imágenes sesgadas. Una huelga general que sí existió, estábamos allí, ocurrió verdaderamente porque la secundamos el 75 por ciento de los trabajadores y trabajadoras granadinos. Una huelga que culminó en una gran manifestación de ciudadanos empeñados en no dejarse mecer por los acontecimientos. Trabajadores y ciudadanos que dimos una auténtica lección de dignidad y democracia, expresando libremente nuestro rechazo a la política económica del gobierno, a  la reforma laboral y a las propuestas de reforma del sistema público de pensiones y de las políticas de empleo.

El 29 de septiembre los granadinos y granadinas dijimos que así no. Que no estamos dispuestos a resignarnos, dejando a los mercados financieros y a los poderes económicos internacionales dirigir nuestra economía, y menos aún imponer las recetas para salir de la crisis que ellos mismos han provocado o decidir sobre las cuestiones importantes de nuestra vida. Porque sus recetas cada día empobrecen más a los granadinos y ralentizan la salida de la crisis económica, provocando más paro y más sacrificio social a nuestra provincia.

Salimos a la calle para exigir al Gobierno rectificación. Rectificación orientada a plantear una salida de la crisis más justa y equilibrada. Porque los sacrificios de los trabajadores en activo, los empleados públicos, los desempleados y los pensionistas son el soporte fundamental y prácticamente exclusivo de las medidas adoptadas o a  adoptar para afrontar la crisis. Los empresarios, en cambio, se benefician de un abaratamiento de los costes laborales, sin que ello tenga como contrapartida la creación, ni tan siquiera el mantenimiento del empleo.

Rectificación de una reforma laboral impuesta que no crea empleo, que facilita y abarata el despido, que no resuelve el problema de la temporalidad y precariedad laboral, que da más poder al empresario para descolgarse de los incrementos salariales y para modificar las condiciones laborales pactadas en los convenios, en base a simples previsiones de futuro, que pone a los desempleados a merced de las agencias privadas de colocación con ánimo de lucro, al tiempo que asfixia por falta de recursos a los servicios públicos de empleo y, por si esto fuera poco, contamina las relaciones laborales, cuestionando el valor y la eficacia del diálogo social en materias que deben quedar en dicho ámbito, como es el caso de la negociación colectiva.

Rectificación en defensa del Estado de Bienestar, de nuestro sistema público de pensiones, cuya pretendida reforma debe respetar el consenso político y social que consagró el Pacto de Toledo. 

En definitiva, el 29 de septiembre los que secundamos la huelga general, los que nos manifestamos, simplemente decidimos dirigir nuestras vidas antes que dejarnos arrastrar por la corriente. 

 

* Manuela Martínez

 Secretaria General de UGT Granada

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