La formación es riqueza

Desde los albores de la Teoría Económica se ha aceptado que los tres factores de producción básicos son tierra, trabajo y capital. Quien los posee puede ponerlos al servicio de la producción y obtener rentas con ello, rentas que destinará al consumo, al ahorro y a pagar al Estado para que este gaste en las obras y servicios públicos. 

Cuando alguien acumula tierra o dinero siente que está acumulando riqueza aunque, por el momento,  estos no generen rentas. Quien lo hace sabe que antes o después esta riqueza generará rentas. Ésta debe de ser la actitud que adopte quien se está formando, La formación es un proceso de acumular riqueza que antes o después generará rentas.

El concepto de Recursos Humanos en las empresas ha ido cambiando a lo largo de la historia. Durante muchos años al trabajador se le llamó ‘Personal’. La palabra representaba un contingente de trabajadores necesario pero poco decisivo en el éxito de la empresa. Era considerado como un gasto y el objetivo fundamental de la Gestión de Personal era reducir lo más posible ese gasto necesario para producir. Con el triunfo de las corrientes humanistas del siglo XX los trabajadores pasaron a llamarse Recursos Humanos. El término no es casual, recurso significa que no es un gasto, sino un Activo capaz de generar beneficios futuros. Tal vez, esta consideración le hizo reflexionar al empresario de que invirtiendo en ese activo también mejoraría su capacidad productiva. Evidentemente, invertir en ese activo significa invertir en la formación de los trabajadores.

Hasta este punto queda explicado que tanto trabajador como empresario son conscientes de la importancia que para ambos tiene la formación pero ¿tiene el Gobierno la misma conciencia? Hemos pasado de despilfarrar ríos de  dinero en formación sin control alguno que sólo han servido para enriquecer a algunos empresarios despiertos, a recortar sin pudor en la educación de nuestros jóvenes.

Cuando el Gobierno decidió meter la tijera en la educación pensó que los únicos perjudicados serían esos privilegiados de dos meses de vacaciones. Pero esto no es así; los verdaderamente perjudicados son los jóvenes, aquellos cuyo presente es oscuro (más del 50% están desempleados) y cuyo futuro es negro. Los verdaderamente perjudicados son aquellos que han salido a las calles para protestar, aquellos a los que el ministro Wert les pidió que no salieran porque la protesta la organizaba una organización de ultra izquierda; como si fuera más importante quién convoca la protesta que la razón por la que se protesta. 

Es muy difícil hacer pronósticos en Economía (mejor dicho, lo difícil es acertar) pero hay voces muy autorizadas como Krugman (premio Nóbel de Economía 2008) o Blanchard (Economista jefe del F.M.I.) que no creen que la solución esté en el recorte drástico del gasto público. Yo tampoco creo que la solución esté en la tijera, mucho menos si esta tijera no se levanta cuando llegamos a pilares básicos del Estado de Bienestar y más, teniendo en cuenta que la tijera no ha alcanzado por ejemplo a la iglesia que aunque merezca todo mi respeto, lo merece mucho más la Educación. 

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