Entrevista a Javier García, gerente de Sima

Javier García representa la segunda generación al frente de la empresa familiar Sima, una firma con más de 40 años de historia que ha sabido renovarse en uno de los sectores más castigados por la crisis económica, el de la construcción; y crecer gracias, en gran parte, a su apuesta por la internacionalización. 

En primer lugar, y para empezar, se está hablando de que ya existen signos de mejora económica y del sector construcción, también, ¿cómo están percibiendo en su empresa la incipiente recuperación del mercado?

Los síntomas de mejora económica están a la vista cuando hablamos de macroeconomía:  aumento interanual de empleo, nivel de exportaciones e importaciones robusto, buenos datos en turismo y venta de coches, etc.  En nuestro sector, vemos que los precios de la vivienda están aumentando en el último año, que el número de visados de dirección de obra se incrementa, que aumenta el consumo aparente de cemento, etc.  

No se trata de grandes incrementos, sino discretos, pero que se confirman mes tras mes.  Esta circunstancia es la que hace que exista una mayor “alegría” en el mercado:  en el paisaje urbano se vuelven a ver grúas, y existen en España proyectos en cartera que, si no hay mayor inferencia política, prometen inversiones de gran calado en el sector de la construcción. Nuestros clientes comienzan a recuperar un talante proactivo y nuestras ventas en el mercado nacional son muy esperanzadoras.

¿Cómo ve el futuro de la construcción en España, cuándo cree que volverá a una actividad razonable? 

Ya está comenzando a haberla.  Hay zonas donde el stock de vivienda de primera mano se está agotando, lo que invita a nuevos proyectos.  Como decía antes, no será un incremento inusitado de actividad, sino lento y paulatino.  Creo que el mercado ha recibido una dura lección tras los años de exorbitante expansión, y el sector no se está lanzando como antes, sino que mantiene un optimismo discreto pero constructivo.  

Los cinco próximos años veremos cómo esta expansión, por ahora discreta, se consolida y espero que, esta vez, los operadores en estos mercados sepan mantener el control.

 A día de hoy, Sima lidera su sector en el mercado nacional y es, asimismo, puntera dentro de las tres primeras de Europa, ¿Qué retos tuvieron que asumir para alcanzar esta posición?

Fundamentalmente, correr riesgos.  No hay éxito sin riesgo.  Sima tuvo la audacia de resistir a la crisis sin rendirse, con sus accionistas apoyando incondicionalmente a la empresa.  La exportación contribuyó a alcanzar mercados donde no habíamos estado nunca y, por tanto, a diversificar riesgos.  Pero también cambiamos nuestros sistemas de producción, haciéndolos más ágiles y flexibles, nuestros diseños, adaptándonos en lo posible a las demandas del mercado, y procuramos rodearnos del mejor equipo posible, preparándonos para el futuro.  Tal vez aún no estemos en ese punto en el que el mercado despega definitivamente pero, cuando este momento llegue, estaremos preparados.

Desde los años 90 Uds. apostaron claramente por la internacionalización, ¿es esta previsión de futuro la que está salvando sus resultados y que ha hecho posible que aumente su facturación?  

Sin duda la internalización ha tenido un gran protagonismo para Sima en los últimos años.  Nos ha permitido diversificar el riesgo, pero también nos ha dado acceso a otros mercados en los que, al entrar a competir, hemos aprendido para mejorar. 

Actualmente nuestras ventas en exportación casi alcanzan al 80% de nuestra facturación total.  Desde luego, la internalización ha demostrado ser uno de los factores de nuestro éxito y de nuestra posición actual.  Por eso seguiremos desarrollando la exportación como uno de los pilares fundamentales de nuestro futuro crecimiento.

Principales proyectos que tiene en marcha actualmente.  

A nivel comercial, nuestros proyectos se basan en incorporar Sima a mercados donde no estábamos aún presentes.  El reto mayor es abordar el mercado de Estados Unidos, que es donde estamos centrando nuestros máximos esfuerzos. Pero también hay otras regiones donde queremos implantar a Sima en el mundo:  Pakistán, Egipto, Mozambique… hay muchas oportunidades por aprovechar en esta estrategia de expansión territorial. 

Por otra parte, está el reto de continuar haciendo evolucionar nuestras gamas hacia lo que el mercado demanda en cada momento (productos, precios, calidad, funcionalidad, etc).  En este apartado, la colaboración del equipo comercial, aportando la información del mercado, y de I+D+i dando respuestas a las demandas del mismo es el tándem que impulsará a la marca en el futuro.

Algo más que añadir… 

Sólo el ingrediente secreto que ha mantenido a Sima activa y luchando en estos años difíciles:  la ilusión.  No la hemos perdido nunca y seguimos manteniéndola constantemente.  Es, siempre ha sido, otro motor clave de nuestro desarrollo.

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