¿Qué nos espera en 2011?

OPINIÓN / CARLOS BOCANEGRA. DIRECTOR RENTA 4 GRANADA

El año 2010 termina con un fuerte repunte del denominado “riesgo soberano”, es decir, la insostenibilidad de las cuentas públicas en varias economías europeas, y la dificultad para atender el vencimiento de las deudas en el futuro. En éste sentido, hay que despertar del letargo colectivo ya que es necesaria la implantación de medidas de ahorro fiscal y reformas estructurales, que junto con el apoyo del BCE y una respuesta europea global permitan frenar el efecto contagio entre países.

El fuerte crecimiento económico en España durante la última década, ha coincidido con la entrada en vigor de la moneda única europea, el Euro, lo que ha permitido converger en renta disponible mediante la creación de un importante tejido empresarial, creador de riqueza y empleo. Pero bajo el manto común de la moneda europea se engloban regiones totalmente diferenciadas cuyos fundamentos económicos están poniendo a prueba la resistencia de la unión económica y monetaria. En éste sentido, España ha basado su crecimiento en el ahorro exterior, que ha permitido al sector público y privado financiarse para mover la economía española. El Estado ha emitido deuda sin problemas para financiar su actividad, y las entidades financieras han acudido a los mercados de capitales internacionales para financiarse, crecer y prestar recursos a empresas y familias. Sin embargo, tras el estallido de la burbuja de crédito en 2007, que propició a su vez el fin de la burbuja inmobiliaria, las condiciones han cambiado drásticamente en los mercados de capitales globales, el crédito se ha restringido y los inversores se han vuelto más exigentes para seguir financiando la actividad económica y empresarial de los distintos países, más aún cuando existen economías emergentes creciendo anualmente a doble dígito. En éste sentido, no se puede olvidar que nuestra dependencia de la inversión extranjera puede poner en peligro la liquidez de las entidades financieras, e incluso, del Estado. Los bancos y cajas españoles afrontan vencimientos que superan los 90.000 millones de euros en 2011, y los 115.000 millones en 2012. El Tesoro español ha de afrontar en 2011 vencimientos por 134.000 millones de euros, además de financiar el previsible déficit generado en 2011, a un coste muy superior. Ya hay bancos de inversión internacionales que ven factible un rescate de España en 2011. Con éste panorama, no es de esperar un fuerte crecimiento del crédito a empresas y familias, por lo que la recuperación económica se verá atenuada a corto plazo y las empresas deberán resistir hasta que el crédito vuelva a fluir con normalidad. Actualmente, casi el 50% de la deuda pública viva se encuentra en manos de inversores extranjeros, por lo que su participación en la refinanciación de la deuda es fundamental. Para ello es necesario atraer de nuevo la confianza de los inversores internacionales y recuperar una imagen saludable de nuestra economía en el exterior. Sin embargo, ante la falta de rigor en las cuentas públicas, los CDS (que miden el riesgo de impago) y el coste de la financiación de la deuda, pueden seguir subiendo hasta niveles insostenibles, tras las sucesivas rebajas de perspectivas por parte de las agencias de calificación de “rating”. No hay que olvidar que la economía española comienza a crear empleo cuando el PIB crece por encima del 2% anual, algo que de momento no está sucediendo, y para ello es necesario implantar medidas de apoyo a las pymes y a los emprendedores para reactivar la economía y el empleo. Para salir de la crisis, está siendo de gran ayuda la intervención del BCE manteniendo los tipos de interés en mínimos históricos durante un tiempo prolongado, y mediante la compra parcial de activos en Euros. Además, con una inflación bajo control, no es de esperar movimientos en los tipos de interés hasta 2012. En definitiva, 2011 será un año clave en la historia de España, y el futuro económico de la próxima década dependerá de las medidas y ajustes estructurales que se lleven a cabo, por lo que todavía hay margen de actuación para evitar un mayor deterioro. Mientras los Bancos Centrales sigan apoyando a los mercados, las Bolsas se moverán con tendencia alcista, y cualquier “sell off” temporal deberá ser aprovechado para tomar posiciones a medio plazo, con atractivo potencial de revalorización y rentabilidad por dividendo. Actualmente, tras el castigo sufrido en 2010, la Bolsa española es la más barata de Europa, e incluso, la rentabilidad de las Letras del Tesoro bate ya a los depósitos, lo que augura importantes movimientos de capital en el año 2011 para aprovechar estas oportunidades de inversión. Desde una perspectiva fundamental, el Ibex 35 tiene un precio objetivo  por encima de 12.000 puntos, lo que supone un potencial de revalorización del 20%, y una rentabilidad por dividendo superior al 5%, ya que se mantienen expectativas positivas de beneficios empresariales para los próximos años, gracias a la internacionalización. Esto permite utilizar herramientas de inversión y gestión patrimonial para aprovechar las oportunidades que se presentan y la infravaloración de algunas compañías líderes de su sector, que sin duda saldrán reforzadas tras las turbulencias actuales en los mercados.

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