FRENTE A LA ADVERSIDAD, TALENTO Y CONSENSO

Granada Económica • Opinión – Revista de prensa

Ángel  GIJÓN DÍAZ*

A finales de 2011 hemos asistido a una campaña electoral en la que las palabras empleo y recortes han estado permantentemente en boca de los líderes de los partidos hegemónicos. Es bueno reflexionar, una vez acabados los análisis electorales, sobre el punto de inflexión que marcan esas palabras claves em ña sociedad española.

El Estado del Bienestar que se consolidó con la gran expansión del milagro económico, tras la plena integración en Europa, está en juego y peligra su mantenimiento, tal y como vemos en muchas comunidades autónomas. Un nuevo modelo se abre paso, aunque a determinados políticos les cueste reconocerlo.

El empleo es hoy el principal problema de la sociedad, el más acuciante, el más improrrogable. No se puede admitir de modo alguno que Andalucía esté casi en un 30% de paro, diez puntos por encima en el caso de los jóvenes, el doble que Grecia, y muy por encima del resto de países de la zona euro. Estos índices de desempleo aniquilan los sueños de nuestra clase media y rompen la vertebración y la estabilidad de un país al que tanto costó cohesionar e integrar en un mismo marco constitucional.

Los emprendedores, los pequeños y medianos empresarios, los autónomos, los profesionales que representan el ochenta por ciento del tejido empresaria han sido los grandes artífices de esa estabilidad que teníamos y de que España, hasta hace cuatro años, fuera un país admirado, no sólo por su modélica Transición sino también por su gran evolución social.

Si entre los años 76 y 78, los españoles y su clase política supieron entender el alcance de los cambios que estaban por llegar, ahora, treinta y cinco años más tarde, toca recuperar aquella hoja de ruta para no poner en riesgo los logros conseguidos. Políticos, empresarios, agentes sociales y sindicales están llamados a arrimar el hombro.

No nos jugamos la democracia, pero sí el Estado del Bienestar y el futuro de las próximas generaciones. Por eso, todos los responsables sociales deben reflexionar sobre el papel y los valores que etán obligados a recuperar para que no quiebre la estabilidad laboral, social, emocional y la autoestima de nuestro país, moderno y con futuro. Como decía Antonio Garrigues en la reciente asamblea del Instituto Internacional San Telmo, celebrada en Málaga: «Hay que recuperar todos los diálogos, incluido el consenso. La crisis seria menor con un gran consenso».

Los valores en la educación y el conocimiento son imprescindibles desde la enseñanza primaria empezando por el respeto, la admiración y el agradecimiento al que te enseña. Como subrayó el profesor Alarcón, «en un entorno caótico, la innovación es la única salida y la creatividad su mejor arma, la gestión del conocimiento, su mejor herrramienta».

Crear valor es una de las consignas necesarias para el futuro de los emprendedores y las empresas tienen capacidad para lograrlo. Pero, para ello, las administraciones deben de proporcionar unas reglas del juego y una burocracia ágil que permita la creación de proyectos y actividades. Para ser un país innovador, hay que recuperar el valor añadido de la industria, lo que significa olvidarnos esa máxima de que «inventen otros». España necesita exportar para estimular su economía, buscar nuevos mercados e incentivar a las mentes más preclaras. De ese modo haremos camino en lo que Ortega llamaba un «Occidene que siempre estaba en movimiento».

No cabe duda de que ha caído el modelo económico y es necesario buscar nuevos modelos, y que la Administración debe tutelar, pero no pilotar el cambio al que está llamada la iniciativa privada. No puede haber una España a dos velocidades, del mismo modo que no es asumible una Europa de esa naturaleza. No es lógico la existencia de una Administración que vaya por un lado y una sociedad productiva que marche por otro.

Habrá que reinventar negocios, muchas empresas y apostar por una simplificación de la farragosa normativa que la mayoría de los casos atenaza el desarrollo empresarial.

No se puede poner trabas a la creación de empresas, factor fundamental para la creación de empleo. Ha llegado la hora de la verdad y nuestra responsabilidad nos obliga a mejorar como personas, como empresas y como Estado y como resultado mejorará nuestra sociedad. Sin duda alguna.

 

* Ángel Gijón es arquitecto y presidente de la Cámara de Comercio de Motril

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