Carmen San Miguel adapta la cocina tradicional a los nuevos tiempos

En un espacio granadino tan emblemático como es el recinto de La Alhambra, al pie de Las Torres Bermejas, se ubica un pequeño restaurante donde disfrutar de la nueva cocina andaluza es todo un placer. Carmen San Miguel trabaja con el máximo respeto a la cocina tradicional, pero adaptada a los nuevos tiempos y a las técnicas más vanguardistas.

Este establecimiento trabaja a la carta, destacando la importancia de los productos de la tierra. Alrededor del 80-90% de sus clientes son turistas extranjeros y nacionales –de fuera de la provincia de Granada–.

Los orígenes del restaurante se remontan al año 2000, cuando Jorge Matas Comino, profesional hostelero desde 1996, compra el carmen junto a su esposa, Paqui Vílchez Díaz. Ella se encarga de la administración y marketing, mientras que él es el jefe de cocina y se ocupa de la adquisición de las materias primas.

El recinto cuenta con 1.900 metros cuadrados construidos, donde se aloja el restaurante, de unos 800 metros cuadrados, con hasta seis ambientes diferentes repartidos entre los diferentes salones, el patio y la terraza. El resto se reparte en jardines y un pequeño huerto. 

Entre todas las estancias, el restaurante goza de una capacidad total de 200 comensales en el interior, y en la terraza y el patio hasta un máximo de 260.

Es un lugar idóneo para la celebración de todo tipo de eventos, como bodas, comuniones, comidas de negocios, cenas de empresas, congresos, etcétera.

Balance del año

El año que está a punto de finalizar ha sido para Restaurante Carmen San Miguel algo irregular, ya que como indica Jorge Matas «hasta la apertura del Hotel Alhambra Palace –cerrado por obras de reforma– la llegada de clientes era muy tímida, pero a partir de ahí iniciamos un repunte de la actividad hasta el mes de octubre, que se ha vuelto a notar un parón de la actividad que en este caso es más acusado que años anteriores». 

De cara a las próximas Navidades, fecha muy propicia para el sector hostelero, el responsable de Carmen San Miguel pone un punto positivo «ya que nos han reservado las mismas empresas que ya vinieron el año pasado a comer con nosotros, algunas de las cuales nos acompañan desde hace siete u ocho años». Sin embargo, continúa Jorge Matas, «como en el resto de sectores se nota la crisis y ahora nos piden menús más económicos». 

Los menús navideños que ha elaborado el equipo de este establecimiento oscilan entre los 30 y los 40 euros, «porque dar calidad tanto en el producto como en el servicio por menos dinero es imposible», asegura este profesional. «Hay que mantener una relación calidad-precio porque tirar los precios tampoco es bueno».

Jorge Matas invita a las empresas granadinas a que visiten su establecimiento «ya sea para comer o para disfrutar de nuestro servicio de tapeo en barra». Además, lanza un mensaje para que el cliente no tenga el concepto de que se trata de un restaurante caro: «Soy de la opinión de que comer con cierta calidad hay que pagarlo, pero a día de hoy el cliente puede comer aquí por unos 30 euros o tapear incluso por menos».

Tapeo

Para afianzar la cultura del tapeo, Restaurante Carmen San Miguel ha creado el producto denominado «Cinco vinos, cinco tapas», que por 18 euros incluye caldos de la Denominación de Origen Vinos de Granada y una cerveza Alhambra, que se maridan con cinco tapas elaboradas con productos cien por cien granadinos como puede ser el jamón de Trevélez, queso de Montefrío, espárrago de Huétor Tajar, cordero segureño…

La cocina de Carmen de San Miguel no solo es reconocida por sus clientes, sino que también ha obtenido premios como el conseguido en la IV edición del concurso «Granada de Tapas» que anualmente convoca la Consejería de Turismo de la Junta y el Ayuntamiento de Granada, con la participación de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de la provincia, y que se celebra en el puente de San José. La tapa ganadora, terrinas de cuello de cordero segureño cocinados a baja temperatura con mermelada de espárragos trigueros de Huétor Tajar y tallarines de espárrago, es una de las que se incluye en la degustación «Cinco vinos, cinco tapas».

Se trata, como se puede ver, de apostar por los productos de la tierra «porque si no nos defendemos nosotros no va a venir nadie a hacerlo. Tenemos que luchar por nuestros productos», finaliza este profesional.

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