La longevidad de la marca, una cuestión de perspectiva

Celebrar este año el 50 aniversario de la bodega de Ron Montero nos brinda una excelente oportunidad para echar la vista atrás y hacer balance, identificar los valores que nos han caracterizado durante estos años y los elementos diferenciadores que han sido claves para lo que nosotros consideramos un gran éxito: haber alcanzado este cincuentenario. Estos valores son un puzzle compuesto por muchas piezas pero, sin duda, el secreto para completarlo está en tomar cada decisión pensando en los efectos a largo plazo, evitando que la urgencia del momento nos empuje a hacer lo contrario. 

El hecho de no tener socios en los comienzos y, en la actualidad, ser una sociedad familiar, con una visión única, nos permite apaciguar esas presiones y centrarnos  en cómo queremos ver la empresa en cinco, diez o veinte años, reinvirtiendo los beneficios en proyectos adaptados a estos plazos. Obviamente, en estos tiempos en los que aprietan los acreedores, los bancos, los proveedores y no pagan los deudores, este objetivo parece casi un sueño pues los beneficios, cuando los hay, son pocos. Sin embargo, estamos convencidos de que actuar con contención es la mejor manera de prepararse para los tiempos más difíciles. 

Hacer promociones de descuentos, por poner ejemplos más concretos, puede conseguir una rentabilidad momentánea; nosotros, sin embargo, optamos por políticas más controvertidas, como puede ser el fomento de la fidelidad del consumidor, porque creemos que este tipo de estrategia nos beneficia, como decíamos antes, en los momentos de mayores dificultades. Otro ejemplo de lo que hemos evitado hacer durante nuestra trayectoria como empresa son las fiestas temáticas, que poco a poco van perdiendo relevancia pero que tuvieron muchísima fuerza durante años en este sector.  Con ellas, se busca igualmente la compra instantánea y el consumidor no es consciente siquiera de qué marca ha elegido consumir con lo que, a nuestro criterio, reduce la oportunidad de fidelizarle. 

Lo cierto es que el mercado de las bebidas espirituosas es tan competitivo como el que más: las modas, la extravagancia en el diseño de las botellas y la publicidad a gran escala marcan el ritmo de las más conocidas, mientras que Ron Montero opta por la cultura del respeto al cliente y a la tradición, lo que no siempre es entendido por el gran público pero que, para nosotros, son nuestros pilares.  

No podemos obviar que sería un sinsentido pensar en el largo plazo sin el apoyo de  un producto diferenciador y de máxima calidad. De hecho, son muchos los casos de empresas que carecen de estas dos características y que, ante la imposibilidad de una planificación a largo plazo, no tienen más recursos que  enfocar sus estrategias en conseguir el máximo beneficio en el mínimo tiempo posible. Para nosotros, sin embargo, seguir generando confianza continúa siendo nuestro mayor reto y el secreto de nuestro éxito. Es, en definitiva, una cuestión de perspectiva. 

Compartir es demostrar interés!