Entrevista a Simón Torres Antiñolo, director de Negocio Internacional de Aconser Grupo Empresarial

Simón Torres es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, por tradición familiar. Vinculado desde siempre a la ejecución de proyectos de obra civil e infraestructuras, ha trabajado en empresas constructoras como Sando, Ploder, Begar y Garasa. Tras cursar un MBA en el Instituto de Empresa en Madrid, en 2012 marchó a Chile como gerente de una constructora local. A finales del pasado mes de junio volvió a España para incorporarse a Grupo Aconser, donde gestiona el Área de Negocio Internacional y trabaja para apoyar el crecimiento de la compañía.

¿Podría comentarnos las diferentes áreas de actividad en las que trabaja el grupo empresarial Aconser?

Es un grupo que trabaja en varias áreas de negocio. En el área de construcción contamos con la empresa Añil  Servicios, Ingeniería y Obras, que trabaja como constructora tradicional en toda Andalucía y Madrid.

En el ámbito de la energía tenemos la empresa Vivendio, ingeniería que realiza proyectos de eficiencia energética e instalaciones industriales, ya sea para clientes privados o administraciones públicas.

Además, en el plano internacional estamos presentes en Chile con la empresa participada Movicsa, que trabaja fundamentalmente para el Ministerio de Vivienda; y una filial de Vivendio con el mismo portfolio, la cual trabaja para el Ministerio de Energía de Chile en proyectos de eficiencia energética.

Como persona conocedora y directamente vinculada con la construcción, ¿cómo ve usted el presente del sector?

Después de la crisis que hemos vivido, creo que ya ha pasado lo peor. El sector ha tocado fondo y hay ciertos indicadores que muestran que hay algunos sectores dentro de la construcción que se están animando, fundamentalmente el sector privado en ubicaciones como Madrid, Barcelona y ciudades costeras como pueden ser Málaga o Valencia.

Está entrando en España inversión inmobiliaria a través de grandes fondos de inversión que están apostando por la compra de activos.

Por otro lado, la obra pública se encuentra aún bastante contraída por los ajustes en déficit a los que estamos sujetos, pero esperamos que empieza a despegar no muy tarde.

Ahora mismo, el sector de la construcción debe moverse alrededor de esas dos líneas para que se pueda proyectar algo de crecimiento de aquí en adelante.

La internacionalización ha sido en los últimos años la apuesta de futuro de muchas de las constructoras de nuestro país. ¿Cómo ha sido el caso de grupo Aconser?

Con la crisis económica en general, y del sector de la construcción en particular, esta compañía decidió internacionalizarse hace cuatro años, apostando por un camino de no retorno.

La posición de Aconser en Chile no es una posición coyuntural, sino que pretendemos que sea estable ya que es un mercado que funciona bien, en uno de los países más desarrollados de Sudamérica.

Los mecanismos de competencia de la construcción son, incluso, más sanos y transparentes que en España, lo que para una empresa que llega de fuera es muy importante.

El lastre viene por la parte del apoyo financiero, ya que son muy conservadores al respecto.

Pero en general, la apuesta que las pymes han hecho por la internacionalización es un camino que se mantendrá en el tiempo. Por lo menos en nuestro caso, así será.

En la actualidad, parece que hay demasiadas empresas constructoras para repartirse tan pocos proyectos. ¿Cómo ve el futuro? ¿Cree que llegará a darse en Andalucía alguna especie de acuerdo o concentración de empresas?

Por teoría, un sector que ha vivido de manera tan fuerte la crisis económica, debería concentrarse para ser más eficiente y ser más competitivo a la hora de optar a proyectos nacionales. Eso es lo que dice la teoría y debería haber movimientos en ese sentido.

Pero en el presente es algo que todavía no se está viendo ni creo que se de a corto plazo. Más bien ocurre lo contrario, ya que cada vez se ven más escisiones y proyectos nuevos.

En algún momento esto deberá revertirse, tal y como ocurría antes de la crisis y tendrán que darse ese tipo de movimientos para que las empresas constructoras andaluzas puedan competir con las grandes empresas nacionales en proyectos regionales o nacionales.

¿Volverán las grúas a nuestras ciudades?

Volverán y volverán incluso antes que ciertas obras públicas de infraestructuras y obra civil. De hecho y como decía anteriormente, ya se están viendo en ciudades como Madrid o Barcelona, aunque las reglas de juego serán totalmente distintas a las que hemos conocido hasta ahora.

¿Cómo será esa construcción que está por venir?

En la parte de edificación, será una construcción que, por ejemplo, en el centro de las ciudades, irá muy enfocada a rehabilitación y aprovechamiento de edificios y suelos.

Por tema de imperativo legal europeo, también será un sector muy enfocado a temas de energía y eficiencia energética, que es algo que cada día se valora más.

Y otro capítulo que cada vez tendrá más peso en la edificación será el tecnológico –instalaciones y telecomunicaciones.

En lo que a obra civil se refiere, también va aportando cada vez más a la construcción en todo su proceso, los aspectos tecnológicos: desde planificación, a proyectos, control de calidad, trazabilidad, prefabricados… 

¿Cómo ve la profesionalización de los técnicos del sector?

Debido a que el crecimiento que lleva aparejado la construcción está siendo muy progresivo, va a dar tiempo a que los profesionales se vayan reciclando y adquiriendo la formación necesaria.

Además, hay que tener en cuenta la gran masa de profesionales que se marcharon fuera de nuestro país por la crisis y que no me cabe duda de que terminarán volviendo.

¿Sigue siendo la financiación un problema para las empresas?

Este es uno de los mayores problemas que sigue teniendo el sector de la construcción, ya que sigue estando denostado y los departamento de riesgo de las entidades quieren tener la mínima exposición posible en el sector del ladrillo.

En nuestro caso, tanto en proyectos nacionales como sobretodo internacionales, está costando trabajo movilizar toda la financiación necesaria que muchos de los proyectos adjudicados demandan. En el caso de Chile, por ejemplo, este año con una adjudicación de más de 20 millones de euros no hemos podido contar con todos los vehículos que hemos necesitado y hemos tenido que realizarlo con financiaciones locales menos competitivas.

Compartir es demostrar interés!