Recomendaciones de Jesús Delgado Marín, Asesor en liderazgo y Coach Certificado ACC por ICF

Las empresas se crean por diversos motivos  y por diversas motivaciones. Un objetivo común entre las motivaciones y de las más  importantes es hacerla rentable, es decir ganar dinero. Puede que en ocasiones sea tabú hablarlo con claridad y hacer bandera de ello pero la realidad es que yo personalmente aún no conozco ninguna empresa creada para lo contrario.

Si esto es cierto nos lleva a vivir comprometidos con esta rentabilidad; invertir para mejorar procesos, optimizar nuestros productos financieros, invertir en marketing, analizar costes de producción y un largo etcétera de acciones que buscan en definitiva que nuestro negocio gane dinero.

Igualmente rentabilizamos cuando en contabilidad controlamos los gastos y potenciamos las inversiones en función de la estrategia y de la disponibilidad de los préstamos para conseguir mayores ingresos a futuro. Por lo que es sensato decir que ésta es parte del éxito de una compañía.

Los cortos, medios y largos plazos se disponen para medir cuando esperamos que esta inversión nos revierta, claro está que todos deseamos que sea a corto plazo. La realidad también nos dice que ciertas transformaciones o cambios en una compañía requieren de más tiempo.

Sabiendo todo esto y según el Ministerio de Empleo, las empresas españolas no están prestando suficiente atención a la inversión formativa de sus empleados, su principal activo. Apenas una de cada tres empresas formó a su plantilla el año pasado a través del sistema de bonificaciones en las cotizaciones sociales. A esto le sumamos que las compañías que formaron a sus trabajadores no han agotado todo el dinero de que disponen para costear estas acciones, se dejaron sin utilizar casi 200 millones de euros, esto es, el 25% de lo que correspondía a las organizaciones a cambio de pagar la cuota formativa, un desembolso que abonan mensualmente los empresarios y los trabajadores en sus nóminas. Es decir, dejamos de rentabilizarnos por no utilizar nuestra  inversión en formación, perdemos la oportunidad de incentivar a nuestros colaboradores y a su vez la productividad inmediata de los mismos.

El tejido empresarial granadino debe comenzar a confiar en las personas que acompañan su visión, motivarlas y alinear los objetivos que les unen. 

Desde Líder-Coaching rentabilizamos la inversión de su negocio en formación para las personas y conseguimos una transformación en positivo. Le ayudamos a utilizar la inversión ya realizada y hacer que la motivación de sus colaboradores vaya en la misma dirección que la de su empresa, alineándolas hacia el beneficio común y  potenciado la motivación para una mayor productividad de las personas y con ello el crecimiento de las empresas y su rentabilidad.

Compartir es demostrar interés!