¿Y por qué no descentralizamos Andalucía?

 Hace 30 años, es posible que fuera absolutamente imprescindible que el gobierno andaluz mantuviera a todos sus consejeros a tiro de piedra del Presidente. Pero ahora, con los adelantos tecnológicos existentes no hay razones consistentes para impedir una distribución de algunas consejerías por toda nuestra tierra, más allá del interés particular de la capital en conservarlas en sus dominios.

En ese sentido, me parece acertado el planteamiento de Javier Arenas de ubicar la Consejería de Turismo en Málaga o la propuesta andalucista de ubicar la consejería de Salud en el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud. ¿Por qué no? ¿Acaso no es Málaga la locomotora del turismo andaluz y el Campus de la Salud de Granada el buque insignia de un incipiente sector económico interesantísimo? No podemos pensar que esa descentralización solo es posible cuando se trata de llevar salas del Tribunal Superior de Justicia, cuya sede está en Granada, a Málaga o Sevilla, y no cuando se trata de traer a Granada o a otra provincia alguna consejería. La descentralización de Andalucía, además, serviría para cohesionar aún más nuestra tierra y sentir más cerca nuestra Administración.