El mundo de los unos y de los otros

Los humanos somos unos seres muy especiales, tenemos grandes virtudes, somos los vencedores hasta el momento de la evolución, disponiendo de una inteligencia y capacidad de creación inigualable por otras especies conocidas. Bajo este prisma, es de obligado reconocimiento las grandes virtudes de esta especie, creadora de las artes, las ciencias y la tecnología, pero absolutamente negada en lo referido a la capacidad de empatizar con el prójimo.

Uno de los mejores ejemplos de esto último es la economía entendida como fin y no como medio. Bajo este paradigma se dan las relaciones económicas actuales, el mercado ha dejado de ser un espacio para el intercambio de bienes y servicios, para convertirse en una mesa de juego y es este espacio relacional donde ahora nos encontramos. La crisis que tanto agobia a unos y otros no es igualmente percibido por los mismos, para unos, la cuestión gravita sobre el mantenimiento de las relaciones y estructuras que mantienen el sistema de intercambio financiero, para otros la cuestión es mucho más mundana, como llegar a final de mes.

La falta de empatía de los unos con los otros está conduciendo a Europa al fracaso como modelo estable de desarrollo, para unos lo relevante es la viabilidad del mercado financiero, en la consideración de que este es el único medio de resolver los problemas de un sistema que tiene como principal corolario el crecimiento perpetuo y permanente de la actividad económica. 

Hace unos días se han otorgado los premios Nobel de economía a los matemáticos-economistas Lloyd Shapley y Alvin E. Roth, el primero de ellos es uno de los grandes “gurús” de la teoría de juegos, el segundo un empirista de esa teoría.

El impacto de la teoría de juegos en el devenir económico de los últimos años tiene su expresión en los distintos escenarios en los que nos hemos visto inmersos estos últimos años.

En los años 80 Reuters y Telerate abrieron el mercado de la información financiera en tiempo real y con esa apertura las matemáticas aplicadas de la teoría de juegos y los modelos probabilísticos encontraron su mejor aplicación en el sector financiero, dando como resultado un nuevo escenario de mercado en el que las operaciones dejaron de gravitar sobre la economía real dando paso a lo que algunos han llamado economía de casino.

Los avances en los modelos matemáticos aplicados a esta actividad tuvieron tal impacto que el milagro de los peces y los panes pasó a ser algo habitual en las operaciones financieras con la aparición de los “sofisticados” nuevos productos .

Para unos el dinero dejó de ser un instrumento de cambio y pasó a ser mercancía, para los otros el dinero seguía siendo un instrumento de cambio cada vez más escaso, pero el desequilibrio de fuerzas ha llegado a tal extremo que lo que se llama economía real no represente ya más del 30% del volumen global de intercambios en el mercado financiero, pues desde la primera crisis que se inicia con la quiebra de Lehmam Brothers en 2008  pasando por la crisis de la deuda pública y la actual crisis de los estados del sur europeo se han venido produciendo los ajustes necesarios con la complicidad de los Estados y sus los banqueros, a fin de cuentas, mientras para los otros esto es la vida real, para los unos, es un juego.

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