Juntos crecemos

Aun recuerdo aquel  verano. La mayor parte de los españoles lo pasamos con nuestra ¨Prima de Riesgo¨, cuyos famosos 700 puntos no había terraza, chiringuito ni sombrilla en los que no se hablara de ellos. Hoy ´La prima” sigue ahí, pero por debajo de los 100 puntos. Ya no es noticia, ya nadie se acuerda de ella. Hemos  estado cerca del abismo, por no decir del rescate. Una verdad que no se puede rebatir.  

Las cifras de la Macroeconomía tenían valores a cual más negativo. En un sector como el de la Obra Pública, el mío, la pérdida de puestos de trabajo no tenía fin, la destrucción de empresas no cesaba ni cesaban en su actividad los juzgados de lo Mercantil. Su ajuste ha sido sencillamente brutal, y más en Andalucía, donde se ha dejado sentir con verdadera virulencia. Sin embargo hemos terminado 2014 con cifras macroeconómicas distintas: crecemos al 1.4 % del PIB y se han creado más de 400,000 puestos de trabajo netos, habiendo demostrado nuestra economía que ya no necesita crecimientos superiores al 2 para crear empleo. Además 2015 se ha iniciado con buenos pronósticos del FMI de la OCDE, de UE y de los más prestigiosos analistas económicos, BBVA, Santander… Todos ellos nos ubican en la cabeza del crecimiento entre los países occidentales y los más optimistas apuntan incrementos de renta cercanos al 3% y la generación de más de 600.000 empleos netos.

Claro que estos datos macroeconómicos, incontestables, llevan obligadamente a preguntar si se están trasladando a la microeconomía. Y la respuesta, al menos la mía, no puede ser sino un sí afirmativo, el cual fundo en dos indicadores concretos. En primer lugar, desde mediados del pasado año 2014, las empresas de obra pública han percibido un cambio a mejor en la consideración del sector bancario. Es decir, parece que el crédito ha vuelto y que la banca recupera su función dinamizadora de las pequeñas  y medianas empresas. Y para un sector estratégico como el de las infraestructuras el principal capital es una adecuada financiación.

Afortunadamente los bancos vuelven a contar con nosotros y en ellos volvemos a reconocer los aliados que siempre fueron. Y el segundo indicador sobre el que fundamento mi convicción en una definitiva recuperación de la actividad proviene de la encomiable labor inversora de nuestra Diputación. La Institución Provincial, después del regreso nada fácil al equilibrio económico, ha generado un estímulo multiplicador como nunca antes se había conocido. Desconozco si al final serán 60, 70, 100 o incluso más los millones de euros. De momento lo cierto es el acierto en la apuesta por nuevas infraestructuras y por la conservación y mantenimiento de las existentes. Actuaciones históricas y sin precedentes a lo largo de nuestros 170 pueblos en las que, a su vez, las empresas granadinas hemos tenido la oportunidad de demostrar la apuesta por nuestro territorio.

Ojalá 2015 mantenga la senda y junto a la Diputación las demás administraciones contribuyan a mantener a la economía provincial en la senda del crecimiento sostenible. Sí, sostenible. ¿O acaso no forman parte las infraestructuras del Estado del Bienestar?

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