Entrevista a Miguel Monferrer, secretario provincial de COAG Granada

Miguel Monferrer fue reelegido hace poco más de un año como secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Granada.  Como responsable de la Coordinadora, nos ha explicado la situación que atraviesa el campo granadino y los retos que han asumido agricultores y ganaderos en los últimos años.

Para empezar, ¿nos podría comentar cómo va el año para los agricultores granadinos?

Tenemos productos como el pepino, cuya campaña ha finalizado ya, y no ha sido nada buena. Iniciamos el año con unos precios por encima del euro, pero a finales de 2014 bajaron por debajo de los 30 céntimos. Según las estadísticas de últimos de diciembre, la media era de 24 céntimos, lo que para el pepino es un precio catastrófico. Después se recuperó algo la cosa, y el primer trimestre de 2015 ha estado en torno a los 60-70 céntimos. En general ha sido una campaña mala para este producto, motivada en gran parte por el veto ruso.

El tomate cherry todavía tiene por delante unos meses de campaña, por lo que aún no lo podemos valorar; aunque ahora mismo, con un precio que ronda el euro, creemos que será una campaña buena.

La judía está teniendo una campaña muy buena, con unos precios muy interesantes, en torno a los dos euros. Hace unos años los agricultores no apostaban por este producto debido a la competencia de Marruecos, pero en los últimos años se ha recuperado y está yendo razonablemente bien.

¿Y cómo van las frutas más características de nuestra provincia, como son las subtropicales?

El mango, cuya producción y hectáreas de cultivo van aumentado en los últimos años, ha tenido un precio bueno debido a la gran calidad del producto respecto al que se cultiva en otras zonas como Sudamérica.

La chirimoya, el producto estrella de la Costa Tropical, es un producto que no termina de despegar, a pesar del excelente trabajo que se está haciendo. En general, la última campaña no ha ido mal, con unos precios alrededor de 80-90 céntimos.

Otro fruto de gran importancia en la Costa es el aguacate, cuya campaña por ahora va bien. Es un producto de largo recorrido, con unos precios muy estables.

Ahora comienza la campaña del níspero, un producto muy delicado, cuyo precio está entre 1,20 y 1,30 céntimos.

En general, los subtropicales no han ido mal para los agricultores, teniendo en cuenta que este año no hemos tenido grandes males meteorológicos. Ha sido un año tranquilo, con una buena media también en precios.

Un producto que sí se está pagando bien es la almendra.

Efectivamente, la almendra ha tenido muy buen precio, rondando los dos euros. En algunas zonas como el Altiplano, con la sequía que ha sufrido, ha ido un poco peor, pero en general ha sido una campaña buena que se ha compensado con los precios. Este es un producto que se ha recuperado en los últimos años, gracias a los nuevos mercados y la menor presión de la almendra americana.

Respecto al aceite de oliva, ¿qué nos puede decir?

Este año se ha perdido en torno al 30% de la producción, pero ha subido la calidad y los precios. 

Nos gustaría que nos hablase también sobre otros productos granadinos, como son el espárrago y la miel.

El espárrago es un cultivo que va a más. Las especialidades y la calidad del espárrago granadino es muy buena. Es un cultivo que se ha ido profesionalizando y los agricultores están haciendo muy buen trabajo.

Respecto a la miel, se han ido recortando las ayudas a los pequeños apicultores, que son quienes más las necesitan porque viven de ello, en detrimento de los grandes comerciantes. En Granada tenemos una miel de excelente calidad que se está viendo perjudicada por la importación de miel procedente de otros países, fundamentalmente de China, que está haciendo mucho daño.

¿Y para los ganaderos, cómo está siendo este año?

La ganadería granadina se compone, fundamentalmente, de ovino y caprino. El caprino de leche está teniendo unos precios bastante aceptables para el ganadero, debido a la demanda. 

El sector ovino tiene especialidades como el cordero segureño, que está teniendo un precio bastante razonable. Otras especialidades dependen de la temporalidad, muy centrada en verano y Navidad.

¿Cómo ven desde COAG la ley de etiquetado en origen del producto?

Desde CAG, como organización agraria, siempre hemos demandado la máxima información para el consumidor. Los gobiernos y la administración deberían elaborar normativas enfocadas a dejar las cosas muy claras al consumidor, y que éste, cuando llegue a las estanterías de una gran cadena o de una tienda de barrio, pueda elegir según la trazabilidad del producto, sabiendo de dónde procede.

No estamos contentos con el actual etiquetado, donde no queda clara la información de procedencia. 

¿Cree usted que el agricultor tiene el reconocimiento social que se merece?

Últimamente y gracias a las campañas de concienciación que hemos llevado a cabo, se va reconociendo más nuestro trabajo, que no es otro que producir alimentos a unos precios que cubran los costes de producción del agricultor y que sean razonables para el consumidor.

Sí es cierto que en los últimos años hemos tenido más reconocimiento social que hace siete u ocho años. Antes el agricultor era el malo y el que se llevaba el dinero, y ahora esto ha cambiado gracias a las campañas desarrolladas y a la transparencia.

También nos hemos beneficiado de estos años de crisis, gracias a que la agricultura ha sido un sector que ha mantenido el empleo y ha amortiguado el tema del paro en muchas comarcas.

Echamos en falta, sin embargo, más reconocimiento por parte de la administración.

¿Qué le pediría exactamente, cuáles son sus reivindicaciones?

Las administraciones tienen el deber de apoyar al agrario, que es el sector primario. Reclamamos menos burocracia para temas como la incorporación de jóvenes agricultores o la modernización de explotaciones y regadíos, que dependen de la Consejería de Agricultura. 

La administración tiene que creerse que la agricultura genera empleo y riqueza, mantiene a la gente en los pueblos y hay comarcas que dependen exclusivamente del sector agrario.

En cuanto a la normativa, reclamamos que no se firmen más cuerdos preferentistas con otros países, siempre y cuando dañen a la agricultura granadina o andaluza y no sea estrictamente necesario.

¿Cree que el agricultor se ha concienciado con la importancia de preservar el medio ambiente?

Cada vez hay más conciencia por parte del agricultor. Por ejemplo, cada vez hay más información sobre los efectos de los fitosanitarios. Antes no eran conscientes de los efectos nocivos de los pesticidas y eso, afortunadamente, ha cambiado mucho.

Ahora sabemos los productos con los que trabajamos, sabemos que hay otros productos como alternativa a los químicos y que están funcionando muy bien.

En esto, lo que más ha influido ha sido la formación de los agricultores en temas como plaguicidas, fitosanitarios y el descubrimiento de la importancia de los insectos foliares, que siempre han estado en el campo y no los conocíamos. 

Tenemos una producción integrada y desde COAG podemos decir que muchos agricultores de la Costa Tropical utilizan escasos tratamientos en sus plantaciones. Igualmente tenemos que destacar el acierto que ha supuesto incorporar a técnicos en las empresas. Por eso nuestros productos tienen el reconocimiento que tienen en los mercados.

Este es un sector en el que no tenemos nada que ocultar y tenemos las puertas abiertas para que cualquiera pueda comprobar la calidad de nuestros productos. 

Como agricultor me siento orgulloso de lo que ha cambiado el sector en los últimos veinte años,
siendo mucho mejor para el profesional como para el consumidor.

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