Entrevista a Jesús Cañavate Carmona, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Granada

El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Granada, Jesús Cañavate Carmona, responde en esta entrevista a los principales retos y problemas a los que se enfrenta el sector. Un sector de nuestra economía con una incuestionable relevancia y con implicaciones globales que van mucho más allá de lo que inicialmente pudiera parecer, de ahí la importancia de la gestión de estos profesionales que controlan en torno al 60% de las comunidades de Granada. 

Háganos, presidente, en primer lugar, una fotografía de la situación del sector. 

Nuestro sector, como siempre he dicho, es una profesión con presente, pasado y futuro. Obviamente notamos la crisis o, mejor dicho, el ajuste de la realidad, pues entiendo que ha habido momentos en los que estábamos fuera de la misma. Imaginemos por ejemplo el gasóleo y su incidencia en una comunidad y la evolución a al baja en el precio que ha sufrido. En este caso, la caída del precio ha permitido una mejora de la economía de las comunidades que lo usan que, o bien permite la bajada de la cuota de la comunidad o bien se pueden hacer reparaciones que antes no se podía. Eso se ha notado bastante. Y en el resto de comunidades pues se han ido ajustando los precios al mercado, tanto ascensores como la propia luz, al no existir el monopolio de una compañía sola. Todo se ha ido renegociando para adaptarnos a la nueva realidad. Desde el colegio se está insistiendo mucho en la firma de convenios con muchas empresas para tener mejores precios para los clientes que estén gestionados por administradores de fincas colegiados. 

¿Está permitiendo la situación que se aborden medidas de eficiencia energética de forma generalizada?

Si. Avanza esta cuestión de forma lenta, pero lo va haciendo. En este sentido, una de las cosas que creemos que se deben hacer, no solo porque vaya a ser obligatorio legalmente dentro de poco, es instalar los repartidores de costes. A día de hoy sigue habiendo casas en las que no hay contador de agua caliente -se suministra por la comunidad- y si no te limitan y no vas a pagar por consumo tenemos una tendencia a no hacer un buen uso del servicio, a no controlar tanto. Por eso yo creo que el ahorro que va a llevar consigo el repartidor de costos será muy importante, alcanzando hasta un 35%.  Hay incluso subvenciones para hacer estas instalaciones de repartidores de costes, que para que se nos entienda, son simples contadores de calefacción, cuando esta es central. Así, cada radiador tendrá un contador para saber exactamente que consume, con lo que se podrá regular mucho mejor en cada casa y adaptar el consumo a la necesidad. Además del salto en eficiencia energética se contaminará mucho menos. 

¿Ha mejorado la situación de la morosidad de los comuneros?

Yo creo que más que la morosidad de vecinos, constructores propietarios y bancos, es la justicia, la lentitud de la justicia. Por ejemplo, cuando un constructor entra en concurso de acreedores el cobro se eterniza y si tiene 4 o 5 pisos y la comunidad es pequeña el presupuesto está herido de muerte. 

Teniendo aún relativamente cercano el terremoto de Lorca ¿tiene Granada un plan antisísmico serio en el que cuente con los AAFF?

La verdad es que es un asunto que siempre tocamos en todos los congresos. En ese sentido, los compañeros de Lorca nos han marcado el camino al poner de manifiesto la necesidad de un plan que cuente con los administradores de fincas, la primera línea de contacto con el vecino. Y en Granada este asunto es importante pues no hay un día que no haya un pequeño terremoto y debemos estar preparados. Está claro que en caso de accidente, los primeros que debemos estar ahí, después de la emergencia sanitaria y de seguridad inicial, somos nosotros: partes de seguros,  consorcio, constructores, conservación edificios, asambleas, etc., por eso debemos estar en los planes.

Por último, presidente, ¿qué ofrece un profesional colegiado a la comunidades que hace su contratación recomendable?

Hemos demostrado, como colectivo profesional, nuestra valía a lo largo de nuestra existencia, pero además, como antes comenté, los convenios con las principales empresas que atienden a las comunidades nos permiten tener unos precios muy ajustados que no tienen otros profesionales. Además, nuestra formación continua es garantía de servicio de calidad y, por supuesto, nuestro seguro de responsabilidad civil garantiza la reparación del daño que pueda derivarse de nuestra gestión. Todo ello ha hecho de los administradores de fincas los profesionales ideales para gestionar las comunidades, sobre todo a partir de un determinado tamaño. 

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