La profesionalización de la Empresa

Afortunadamente asistimos en estos últimos años a unos vertiginosos cambios, producidos o no por la situación de crisis mundial y en concreto por la nacional, o tal vez esa ha sido la excusa que nosotros mismos nos hemos dado para apreciar que era evidente que algo no estábamos haciendo bien, y esta situación nos ha brindado la oportunidad de reinventarnos, de formarnos, de desarrollarnos y de conseguir ser mejores, pues de haber seguido haciendo lo mismo que hasta ahora, los resultados hubieran sido los mismos. Así, hemos podido contemplar una progresiva, constante y positiva evolución de la empresa, que si bien aún no podemos afirmar que nos ha llevado a salir de la situación de desazón que nos ha azotado estos últimos años, si podemos estar convencidos de que hemos madurado y de que vamos por buen camino. 

Y gran parte de ese avance nos lo debemos a nosotros mismos,  a que hemos empezado a dejar de lamentarnos y a asumir nuestro propio roll en la sociedad y en concreto en nuestras empresas, en definitiva, hemos empezado a ser responsables. Y esa responsabilidad se ha hecho ver en el rumbo que comienzan a tomar las empresas, para nada asimilable al que tenían hace años, y no me refiero con ello al de generaciones anteriores, pues la escuela de la vida les permitió logros que ni aún en las mejores escuelas de negocios hoy se conseguirían. 

Pero no va por ellas esta reflexión, sino por las de más reciente creación.  Nuestra formación nos hizo pensar años atrás que éramos capaces de todo por el mero hecho de “ser empresa”, y que se podía con todo. Desde redactar un contrato hasta confeccionar nuestra propia estrategia de marketing, pasando por supuesto por el autoasesoramiento en cualquier materia, ya sea jurídica, informática, recursos humanos … éramos autosuficientes, hasta que comenzamos a ser conscientes de que no todo vale, y que por supuesto nuestra formación no puede abarcar el enjambre que es nuestra empresa, pues la limitación de la mente humana está más que demostrada, al igual que la experiencia nos ha demostrado que quien ha pretendido ser autosuficiente ha estado abocado al fracaso. De esta forma, podemos afirmar con gran orgullo que estamos viviendo la era de la profesionalización de las empresas, en la que todos hemos comenzado a ser conscientes de hasta donde somos capaces de llegar, y sobre todo, en la que comenzamos a ser cada vez más exigentes con nosotros mismos, y con los demás. 

Y prueba de ello es que el tejido empresarial en todos los sectores está alcanzando niveles muy superiores a los que tan solo hace unos años teníamos, y este logro lo hemos alcanzado por nosotros mismos- no es subvencionable- aceptando que tan solo siendo competitivos, rodeándonos del mejor equipo y prestando el mejor de los servicios, podremos abrirnos en el mercado el hueco que tan merecidamente nos hemos ganado a base de mucho esfuerzo, renuncia, sacrificio, constancia y profesionalización. 

Compartir es demostrar interés!