La fuerza de la empresaria está en la unión

Parece un tópico hablar de que la unión hace la fuerza, pero no por trillado, este dicho deja de ser cierto. Finales de la segunda década del siglo XXI, y aún las mujeres estamos muy por debajo en el poder real en la toma de decisiones, tanto en la empresas, como en instituciones. Hemos avanzado mucho, pero aún es un  abismo el que nos separa.

Mujeres y hombres tenemos que asumir los mismos retos estando al frente de una empresa u organización, pero es cierto que las dificultades y los niveles de exigencia a unas y otros, no siempre son los mismos. Aún hay que romper muchas barreras, hay que pelear contra estereotipos que menosprecian el valor de una mujer que llega a puestos de máxima dirección. Esta lucha la conocemos todas, la asumimos desde que apostamos por este camino, teniendo que renunciar muchas veces a cuestiones, sobre todo personales, a las que los hombres ni tienen que renunciar, ni nadie les pide que lo haga, pero pese a todo somos valientes, reclamamos nuestro espacio, peleamos por nuestro lugar.

El día a día de una empresaria difiere del de un empresario sólo en cuestiones de matiz, pero son esas precisamente las que marcan la diferencia.  En el caso de las empresarias, la unión hace especialmente la fuerza, y es por lo que se hace aún más interesante integrarse en asociaciones en las que se comparten objetivos y a través de las cuales, se crece, se generan sinergias para crecer todas.

Asociaciones como AGEA (Asociación Granadina de Empresarias y Autónomas) cumplen la función primordial de visibilización de la empresaria, por ello hemos de estar y participar, para demostrar nuestro interés por llegar a dónde queremos, mientras que si sólo buscamos generar negocio puro y duro, deberemos de estar en grupos estructurados de networking que tienen esta función. Formar parte de una asociación es más que eso.

El asociacionismo empresarial femenino, jamás debe de ser excluyente, suponiendo una red de apoyo y colaboración que sirve para fortalecer el papel de la mujer dentro del mundo de la empresa, visibilizando a empresarias que se encuentran relegadas en muchos casos por no llevar corbata y traje. Desde las asociaciones de empresarias, trabajamos para demostrar que la coherencia de las decisiones tomadas con tacones y carmín, es tan buena o tan mala como la de las corbatas.

Las mujeres tenemos que pisar fuerte, no tener miedo a participar, no auto-relegarnos. Hemos de buscar la presencia en las organizaciones empresariales de todo tipo, en los grandes foros de representación del empresariado como Cámara de Comercio y Confederación, que deben de empezar a contar con empresarias en sus Comités de Dirección, porque somos muchas las que peleamos desde hace décadas para estar. No queremos formar parte del poder en las organizaciones por ser mujeres, lo queremos porque tenemos trayectorias y proyectos que nos avalan, sencilla y llanamente. No queremos llegar por ser mujer, pero tampoco queremos no estar, por serlo.

Animoa empresarias, autónomas, profesionales a que se atrevan a querer estar y sobre todo a que se atrevan a tomar el poder, a estar en la toma de decisiones. No es fácil, pero tampoco imposible. Trabajo y constancia es el camino, y de eso, entendemos un rato.

María José Mesa

Secretaria de AGEA (Asociación Granadina de Mujeres Empresarias) Gerente de GRUPO3 Estudios de Mercado, Marketing y Opinión

Compartir es demostrar interés!