“Necesitamos un visitante con un poder adquisitivo mucho más alto”
Entrevista a Gregorio García, presidente de la Federación de Hostelería de Granada

Gregorio García Domínguez vuelve a la presidencia de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo (FEHT), tras la reciente salida de Trinitario Betoret, quien se ha incorporado como independiente en la candidatura del PP a las elecciones municipales. García, veterano empresario que conoce el sector como la palma de su mano, estará en el cargo hasta el final del actual mandato, algo menos tres años. Un tiempo suficiente para tratar de impulsar a un sector en el que a su juicio hay tareas pendientes, como conseguir una mayor fidelización del turista para que éste pernocte más allá de las dos noches que reflejan de media las estadísticas. También asegura que más que aumentar el número de visitantes, lo que le interesas a todas las empresas es que éstos tengan un mayor nivel de gasto, porque a su juicio la rentabilidad de buena parte de los establecimientos sigue en descenso tras una larga crisis económica que ha hecho mucho daño a todos.

¿Qué tiempo tiene de mandato como presidente de la FEHT y cuáles son los problemas más urgentes a los que tiene que dar respuesta?

Tengo una labor por delante para algo menos de tres años, que es el tiempo que le restaba por desempeñar a mi antecesor. Por lo que respecta a los objetivos y problemas más perentorios, la FEHT ya los ha dado a conocer en distintas ocasiones. Tales como la competencia de los pisos turísticos, la gestión de la Alhambra, la estacionalidad en la ocupación hotelera o las deficiencias que presentan las infraestructuras de comunicación. Queremos una provincia activa en lo reivindicativo, para que la industria del turismo siga funcionando.

De lleno como estamos en la Semana Santa, ¿qué nivel de ocupación tiene la planta de alojamiento de toda la provincia? ¿De dónde proceden los visitantes en estas fechas?

La media de ocupación para el primer fin de Semana Santa -el del Domingo de Ramos- se encuentra en el 70%. Y el resto de las fechas ronda un porcentaje similar, bien es verdad que oscila mucho en función de la zona de la que hablemos y de las reservas de última hora. Así, en Granada capital estamos en un 85%, Sierra Nevada cuenta con unas reservas del 80%, el Poniente tiene un 57%, Guadix-Marquesado, un 59%. La Costa Tropical alcanza una ocupación del 79%, mientras que el Altiplano dispone de una ocupación reservada del 69% y la Alpujarra un 58%. Por lo que respecta al origen de los visitantes, el mayoritario es el nacional. Si finalmente nos acompaña el tiempo, probablemente batiremos los registros del pasado año.

Cambiando de tema, desde su organización empresarial se ha mantenido a lo largo de los últimos meses que la rentabilidad en los hoteles no ha hecho sino descender. Sin embargo se abren nuevos establecimientos. ¿Cómo explica esta aparente paradoja?

La cuestión es que se levantan nuevos hoteles en las zonas de la provincia donde no hay. El mejor ejemplo es la Costa Tropical, pues prácticamente no hay hoteles desde Adra a Nerja. Necesitamos, por tanto, infraestructuras hoteleras en la franja costera y el mejor ejemplo para ello es el del proyecto de Salobreña, que garantiza una inversión de 60 millones de euros y muchos puestos de trabajo. Pero también es imprescindible el arreglo de las playas, que los temporales siguen llevándose periódicamente y donde el Estado tira al cubo de la basura cientos de miles de euros cada año, con soluciones que no son definitivas. En cualquier caso, es la oferta y la demanda la que marca el mercado.

El sector de la hostelería granadina ha vivido en estos últimos años su particular transformación. Cada día cierran y abren bares y restaurantes, incluso en los mismos locales. ¿Qué razones explican este fenómeno de rotación tan elevado?

El turismo gastronómico es un hecho y tenemos que seguir potenciándolo, seguir siendo nosotros mismos y avanzar. Tenemos una cuestión importante como es la de las tapas: yo no soy partidario, por su puesto, de que se erradiquen, pero sí que los restaurantes tengan una carta de las misma que se ofrezcan en cocina de alta calidad y que se paguen aparte. Una de mis metas es cambiar los concursos gastronómicos, para potenciar unas tapas elaboradas, de alta cocina, similares a los pinchos de las regiones del norte. También para que se potencien nuestros recursos, nuestras raíces: productos de primerísima calidad. Por lo que a la rotación respecta, hay que tener en cuenta que estos negocios precisan de una gran inversión y de mucha profesionalidad para poder seguir adelante. Y no todos los que se ponen al frente de ellos la tienen.

¿Qué tipo de visitante necesita el sector turístico granadino? ¿La promoción de la capital y de la provincia es la que considera tiene que ser?

Nos interesa un visitante con un poder adquisitivo mucho más alto. Esto está claro. Pero voy más allá: lo que de verdad precisamos los empresarios es que ese turista pernocte más allá de dos noches y tenga garantizada la entrada a la Alhambra, por ese mismo hecho de dormir en Granada. En cuanto a la promoción, siempre se queda corta. Los empresarios también tenemos que participar, decirle a los políticos que países nos interesan para que los promocionen, porque así lograremos una mayor rentabilidad para nuestros negocios.

¿Hay una presión fiscal desmedida por parte de los ayuntamientos para con las empresas de alojamiento, restauración y todo tipo de negocios relacionados con el turismo?

Montar un establecimiento en este sector, sea el que sea, no es barato. Conlleva mucha burocracia y pagar muchos impuestos. Necesitamos más facilidades para que las empresas saquen adelante sus proyectos, para que sean competitivas, para que puedan promocionarse fuera de Granada, y eso lo tienen que facilitar todas las administraciones.

Números récord

Granada batió en 2018 el récord absoluto en número de turistas, con algo más de 3 millones, lo que supuso un crecimiento del 6,1% sobre el ejercicio precedente. Cifras muy superiores a las del resto de Andalucía y España. Sin embargo estos números parece que no satisfacen a los empresarios. ¿Necesitamos más visitantes o que gasten más dinero?

La premisa principal es que haya más pernoctaciones. Pero para que esto ocurra, debemos ofrecer al turista muchas más cosas. Hay que potenciar el bono turístico, abrirles de par en par todos y cada uno de los monumentos catalogados, que no se reduzca todo a la Alhambra, dinamizar el turismo cultural. Tenemos elementos patrimoniales y naturales más que suficientes para que esas pernoctaciones aumenten. Tenemos que ser atractivos, competir con otras provincias, implantar de verdad un turismo cultural que todavía deja escapar a muchos visitantes. También tenemos que potenciar las comunicaciones: el aeropuerto y el tren con el AVE de por medio. Es vital.

Una cuestión recurrente por estas fechas es la prolongación de la temporada de esquí en Sierra Nevada, cuando como es el caso, abunda la nieve. ¿Es partidario de esta medida? ¿Y de la ampliación de la superficie esquiable?

Es evidente que si se dan las condiciones, a los empresarios nos interesa que se amplíe la temporada. Pero cuidado: apenas suban las temperaturas la calidad de la nieve ya no es la misma. El riesgo es grande, pues alargar la temporada es también exponerse a unas pérdidas importantes a poco que se tuerzan las cosas. Es preferible ser cautos y cerrar antes, pues una mala decisión puede tener un coste económico muy elevado para cualquier empresa.

¿Considera viable el teleférico que propone el PP en su campaña electoral?

Siempre hemos dicho que sí. Ahora bien, quien invierte es quien tiene que determinar si es rentable el proyecto. Yo considero que la infraestructura, en sí misma, es buena para Granada, para toda la provincia. Por lo que respecta a la ampliación de la zona esquiable, los empresarios de este sector hemos visto con buenos ojos que se aumente esa superficie, siempre y cuando no se toquen los límites del parque natural. Se puede hacer lo que se puede hacer, pero no meter las máquinas en espacios protegidos. Pero aquí vuelvo a retomar lo que dije antes: necesitamos esquiadores de mayor poder adquisitivo más que aumentar el número de ellos. No hay más que visitar otras estaciones invernales, como Baqueira, para darse cuenta de la diferencia existente, de lo que allí se gastan los esquiadores y también los visitantes.

Si tuviera que resumir, ¿qué fortalezas y debilidades tiene el sector turístico granadino?

Fortalezas, todas. Debilidades, no son muchas, las que he citado antes de la estacionalización, de la escasa pernoctación, de la necesidad de mayor variedad de oferta cultural… pero, en cualquier caso, hay que tomar en consideración que salimos de una crisis económica muy larga, que las cuentas no le salen a muchas empresas, que son pocos los establecimientos que trabajen con ‘alegría’ económica dada la situación arrastrada.

Lo cierto es que el turismo, como sector, es uno de los pilares fundamentales de la economía granadina…

Así es. Pero las empresas del mismo se nutren muy mucho de los granadinos, de los clientes habituales de cada día. Y si no hay trabajo aquí, no hay ingresos y no hay gasto. Tanto restaurante y tanto bar, si no hay clientes durante la semana, no avanzamos. El visitante no puede cubrir los huecos de lunes a jueves durante 51 semanas al año. No veamos el sector desde la óptica del centro de la capital. ¿Y los barrios? ¿Y las pequeñas poblaciones? Es muy complicado. La oferta está algo sobredimensionada para el volumen de clientes y negocio que conllevan.

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