“Hay que contar con los farmacéuticos para conseguir un uso racional de los medicamentos”
Entrevista a Antonio Mingorance Gutiérrez, presidente del Consejo Andaluz de Farmacéuticos y del Grupo Bidafarma

Antonio Mingorance Gutiérrez fue reelegido, en fechas recientes, como presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF). Una corporación que aglutina a más de 12.000 profesionales en toda la comunidad autónoma y que tiene ante sí importantes retos, como el diseño de la farmacia del futuro y la integración plena de la farmacia en el sistema de salud, en especial porque son todavía muchas las poblaciones en las que es el primer recurso de asistencia al ciudadano ante la carencia de médico o centro de atención primaria. De todo ello habla Mingorance en la entrevista mantenida con GRANADA ECONÓMICA, en la que también desvela la consolidación del gigante de distribución de medicamentos, Bidafarma, que cerró el pasado ejercicio con más de 2.700 millones de facturación y de cuyo grupo también es presidente.

¿Cuáles son los retos más acuciantes a los que tiene que responder como presidente del Consejo Andaluza de Colegios de Farmacéuticos?

Son muchos y diversos, pero sobre todo el que nos anticipemos a los acontecimientos. Se han terminado los tiempos en que la interlocución con los agentes económicos y con la administración eran predecibles, pues la incertidumbre política y económica ya forma parte de nuestro tiempo. También hay que dar respuesta a nuestros compañeros y convertirnos en una institución versátil, y hacer todo ello con agilidad, con capacidad de reflejos y hacia un objetivo estratégico: conseguir que la farmacia andaluza se integre en el devenir cotidiano del sistema andaluz de salud.

La farmacia forma parte de la asistencia sanitaria a los andaluces, pero ¿realmente quedan pasos por dar para una plena integración?

Nosotros queremos que así sea, pero todavía nos ven como un actor necesario, pero que no pertenece al sistema sanitario andaluz. Pero esta labor afecta tanto a los responsables de la gestión sanitaria pública como incluso a nuestros propios compañeros.

¿Cuáles son las etapas por recorrer que tienen que dar unos y otros? ¿Qué dirección tienen que tomar para que la integración sea plena?

Debe de hacerse en todos los ámbitos como ya se hace en algunos aspectos concretos. Por ejemplo, el reciente problema de la listeriosis se abordó contando con los farmacéuticos de atención primaria, al formar parte del comité que se encargó de acometer este problema. Pero por la misma regla de tres, hay que contar con los farmacéuticos para conseguir un uso racional de los medicamentos o para una llevar a cabo una mejor prestación hospitalaria hay que contar con nuestros compañeros que trabajan en ese ámbito. Nosotros no tratamos de excluir a nadie, sino de sumar para conseguir un sistema sostenible, que las cuentas públicas cuadren y sea más eficaz para todos. Si tenemos en cuenta que una de las prestaciones que más recursos consumen en el sistema sanitaria es el medicamento, si contamos con la intervención de los farmacéuticos optimizaremos ese gasto, habrá menos derroche y todo el mundo tendrá lo que necesita.

¿Qué opinión le merece la subasta de medicamentos?

Nosotros siempre hemos mostrado nuestra disconformidad con este sistema. Los ciudadanos andaluces tenemos el mismo derecho que cualquier ciudadano español a acceder a cualquier medicamento y los farmacéuticos tienen también el mismo derecho que el de profesionales de otras zonas de España a ejercer su labor en idénticas condiciones. Es un tema de equidad. Es verdad que el nuevo Gobierno de Andalucía llevaba en su programa retirar la subasta, es cierto que ha vencido una y no se ha vuelto a convocar. Es difícil quitarlas de golpe porque hay compromisos firmados por la Administración andaluza.

Las farmacias ¿tienen recorrido para prestar nuevos servicios asistenciales a los pacientes?

Totalmente. Pero siempre y cuando se quiera utilizar nuestra cadena de farmacias, que es uno de los mejores modelos del mundo. Cualquier ciudadano sale a la calle y tiene una farmacia próxima, a 250 metros como mucho, tanto a la derecha como a la izquierda.

¿Cómo será la farmacia de dentro de dos o tres décadas, habida cuenta de los nuevos avances terapéuticos a través de la genética o de las células madre?

Será como sea la sociedad, pues ha evolucionado y lo hará con ella en el futuro. Pasamos de las fórmulas magistrales del pasado siglo a los medicamentos como los conocemos ahora. Y como cada vez vivimos más también necesitaremos nuevos productos farmacéuticos. Quien nos dice que dentro de esos años no nos dispensarán medicamentos a la carta, hechos para cada uno de nosotros en función de nuestras patologías. Habrá cambios muy sustanciales.

La adquisición de fármacos a través de internet cada vez va a más. ¿Qué volumen representa en el mercado? ¿Qué riesgos comporta? ¿Hasta dónde llega la falsificación de medicamentos?

El volumen es mínimo si hablamos de fármacos que han de ser prescritos por el médico, cuestión distinta son los que se utilizan con otros fines. Aun en este caso, los controles dictaminados por el Ministerio de Sanidad en su día son muy exhaustivos. Pero dicho esto, lo que sí aconsejo es que nadie compre un medicamento de prescripción médica por internet, porque no se puede garantizar que le llegue el producto original dado que la única cadena que garantiza ese fármaco adecuado es la que pasa por las farmacias y la distribución a éstas por parte de las empresas como Bidafarma. Hay medicamentos falsificados. Están prohibidos y sin embargo, de vez en cuando vemos que la Policía Nacional o la Guardia Civil intervienen partidas de los mismos. Hay un gran riesgo para la salud si se utiliza estos últimos.

Bidafarma

Bidafarma, el grupo que usted preside, es ya un gigante de la distribución farmacéutica con más de un 22% de cuota de mercado. ¿Qué otras cifras definen hoy a esta alianza de cooperativas?

De hecho, el grupo como tal ha alcanzado ya un 28% de cuota y la empresa el porcentaje que usted menciona. A pesar de encontrarnos aún en el proceso transitorio de cinco años desde que iniciamos la fusión, podemos decir que la facturación pudo alcanzar el pasado año unos 2.700 millones de euros, a falta de cerrar el balance y la cuenta de resultados, y contamos con unos 1.800 empleados. Nos encontramos adaptando todas nuestras infraestructuras a la que requiere Bidafarma y pronto veremos resultados.

A nivel territorial, ¿dónde luce la el logotipo Bidafarma?

Estamos en Andalucía, en Castilla-León, Castilla la Mancha, Galicia y Extremadura. No estamos en el arco mediterráneo ni en Cataluña. Somos la segunda firma a nivel nacional en distribución de medicamentos.

¿Bidafarma está implicada realmente en el desarrollo de la I+D+i? ¿Con qué recursos?

Nosotros somos una cooperativa cuyos propietarios legítimos son los farmacéuticos. Hemos nacido, entre otras cosas, para servir a éstos y por ende a la sociedad, para que tenga acceso a los medicamentos en las mejores condiciones. Cuando me preguntaba antes si las farmacias tienen recorrido para prestar nuevos servicios asistenciales, pues aquí tendrán un apoyo claro de Bidafarma dado que una de las estrategias es estar al lado de los farmacéuticos para hacerles imprescindibles en el sistema sanitario andaluz y también de otras zonas del país.

Una vez concluya este periodo transitorio, en dos años, ¿cuál será el siguiente paso a dar por Bidafarma?

Pues nos cuestionaremos qué mejoras habremos de emprender en la estructura de nuestro grupo, de cara a ser más eficientes y ayudar a las farmacias a adaptarse y a tener la versatilidad que reclama la sociedad. Las oficinas de farmacia han de llegar a convertirse en un activo clave en el desafío complejo que supone la cronicidad de las enfermedades y el envejecimiento de la población. Su intervención ha de tener lugar sobre el terreno, donde incluso las administraciones no llegan. La capilaridad de las farmacias no la tiene nadie como sector sanitario. ¿En qué pueblo de cualquier provincia no hay una farmacia? Y ahí también tiene que estar Bidafarma, en dar cobertura en óptimas condiciones a esas pequeñas farmacias, por muy recónditos que sean sus lugares de implantación.

¿Es sostenible una farmacia en una pequeña localidad?

Estos compañeros farmacéuticos pueden adquirir el medicamento en Bidafarma en idénticas condiciones que los que tienen su oficina en el centro de Granada, porque nuestro modelo de distribución hace que le lleguen los fármacos todos los días en todos los puntos de esta o de cualquier otra provincia. Pero no es menos cierto que sus ingresos no son comparables, son mínimos, que no pueden hacer sostenible su trabajo. Por ello tenemos que dar una vuelta más a este asunto, porque su labor merece la pena que se vea recompensada con unos ingresos dignos.

Con respecto a lo que menciona, ¿por dónde van las ideas, por menor tributación fiscal, por mayor protección administrativa?

Actualmente ya existe un decreto que ayuda a las farmacias de baja rentabilidad económica, pero con cantidades a mi juicio ridículas. Habría que apostar, como usted bien dice, por ventajas fiscales para las mismas, implementar otro tipo de incentivos, como el que estas oficinas de farmacia no participen de ningún tipo de recortes que se puedan poner en marcha por el Gobierno. No es justo que se hiciera así.

¿Cree que el farmacéutico ejerce en la España vaciada, donde no hay médicos de atención primaria ni centros de salud, un papel de choque contra la falta de asistencia sanitaria de proximidad?

El farmacéutico es un profesional sanitario, maneja los medicamentos y conoce su idoneidad para combatir las enfermedades, sin olvidar nunca que son los médicos quienes los prescriben. Pero en un primer momento, en una situación de falta de asistencia, desde luego que pueden resolver dudas, aconsejar la medicación hasta que el paciente pueda ser atendido por el médico. Ahora que estamos en plena epidemia de gripe, muchos ciudadanos acuden a su farmacéutico para aliviar esos síntomas digamos menores. De esta manera también contribuimos a descongestionar los servicios de urgencias de hospitales y centros de salud, también de asistencia primaria. Esto en las ciudades y poblaciones grandes. No le digo nada en núcleos rurales, donde la farmacia lo es todo.

Una cuestión de rabiosa actualidad que no podemos obviar es el temor al coronavirus que se ha expandido desde China a varios países. Desde la óptica del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, ¿el asunto está bien enfocado por las autoridades sanitarias y no hay que tener miedo alguno de infección?

Yo creo que sí. Tanto a nivel nacional como autonómico, existe un protocolo -y así se ha dicho por los responsables sanitarios- para responder  a cualquier emergencia sanitaria, no solo del coronavirus. Lo que no nos podemos permitir nadie es crear una alarma entre la población, hay que ser muy cuidadosos con lo que se dice y todos tenemos que tener confianza en las autoridades sanitarias. Estamos en un país con un sistema de salud envidiable. Es cierto que ahora este tipo de infecciones se propagan con rapidez por todo el mundo, dado los sistemas de comunicación existentes. Viajan las personas y viajan los virus. Antes tardaban años en pasar de un continente a otro y ahora es cuestión de horas.

Compartir es demostrar interés!