El Parque Metropolitano es hoy una realidad tras dos décadas de historia
En los dos últimos años se han instalado empresas de reconocido prestigio, lo que suma una treintena

La historia del parque Metropolitano, Industrial y Tecnológico (PMIT) suma ya dos décadas, un tiempo en el que ha superado no solo innumerables obstáculos administrativos y burocráticos, sino también una dura crisis que a punto estuvo de llevárselo por delante. Es bueno, por ello, refrescar la memoria de este gran espacio de desarrollo económico pues nada de lo que hoy supone es fruto del azar o de la improvisación. Más bien del empeño de quienes apostaron por su creación, convencidos de que la provincia de Granada necesitaba ofrecer a su empresariado un lugar donde asentar nuevos negocios o emprender la aventura de su expansión.

La andadura del PMIT dio comienzo en el año 2000, cuando un grupo de empresarios de la Cámara de Comercio, liderados por José Manuel Manzano, y ante la falta de suelo industrial de la provincia, constituyen la asociación Profitegra para la promoción y desarrollo de un parque industrial y tecnológico, donde los empresarios industriales granadinos pudieran trasladar y ampliar sus instalaciones, o bien, iniciar nuevos proyectos. La vertiente tecnológica, con el paso del tiempo, constituye una línea de actuación que tendrá en el futuro inmediato un peso mucho más decisivo. Un año después del mencionado, se constituyó la sociedad Parque Metropolitano, Industrial y Tecnológico de Granada, S.L., en la que se integraron 85 empresas con una participación en el capital social proporcional a los metros cuadrados reservados para sus futuras instalaciones. Se estudiaron un buen número de alternativas para su ubicación, y finalmente se apostó por Escúzar, municipio situado a 18 kilómetros de Granada, donde había terrenos suficientes para los cuatro millones de metros cuadrados necesarios, lo suficientemente planos -no en vano sobre ellos estuvo prevista la ubicación del aeropuerto de Granada- y además se garantizaba el suministro de agua y de energía eléctrica.

Tras superar una infinidad de obstáculos de toda índole, como los antes mencionados, se aprobó el proyecto de urbanización, en el que se dotó al parque de las mejores infraestructuras y servicios, se iniciaron las obras en el 2004 que finalizarían tres años después, a la vez que comenzaban las de las primeras empresas del recinto, como Aceites Maeva, Informática Megasur, grupo Teka y otras más. Cuando todo hacía prever un rápido y constante crecimiento, la crisis económica cortó en seco el desarrollo del Parque, parón que se prolongaría durante aproximadamente una década y que se pudo soportar gracias a la inversión en energías renovables, concretamente un huerto solar de 4,8 megavatios que suministra energía limpia y no contaminante al propio parque y a todos los municipios de la comarca.

Afortunadamente, para los impulsores del proyecto y para todos los empresarios, desde 2018 la situación cambió por completo y en los dos últimos años se han instalado empresas de reconocido prestigio, que se suman a otras tan consolidadas como Aceites Maeva, Mafa Biosciencie, Grupo Cuerva Helados Nordwik, Plásticos Hita, Sierra Nevada Compost and Paper, Apinevada, Agrihat, Panno, Megasur, Jumadi, Caña Nature y otras tantas que han confirmado o estudian su próxima llegada, como Laboratorios Rovi, LIDL o el Grupo IFFCO.

Desde los inicios del proyecto, muchos empresarios trabajaron activamente para que el PMIT fuese la espléndida realidad que es hoy en día. Ahora que se ha conseguido el reto es el momento de tener un recuerdo muy especial para José Manuel Manzano Ferrer, primer presidente y artífice del proyecto, y para Eulogio Espadafor Llobera, consejero de la sociedad durante más de siete años. Sin ellos y otros más, el Parque no existiría y muchas de sus empresas trabajarían en otros recintos, en otras provincias. Su ejemplo permanecerá en la historia de este recinto empresarial de vanguardia.

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