El rescate al sector turístico y los huevos kinder

“A partir de este momento, cada ciudadano es responsable de sí mismo y de su propia seguridad”. Con estas inquietantes palabras George Bush abría los informativos en aquel verano de 2005, poniendo de manifiesto la patente incapacidad del gobierno norteamericano de gestionar parte de la catástrofe generada por el huracán Katrina. Como algunos interpretaron, éstas son algunas de las consecuencias de las ineficiencias de los sistemas económicos “ultraliberales”.

Año 2020, una pandemia mundial azota todo el planeta. Durante varios meses las actividades económicas y productivas no imprescindibles, prácticamente se paralizan. Gracias a Dios, vivimos en un país que aun basándose en una economía de libre mercado se beneficia de un importante intervencionismo que seguramente nos protegerá en cierta forma del caos que está por venir, ya que esto es Europa, no Estados Unidos.

Pues grave error, ya que mucho de lo que ha ocurrido y aún sigue ocurriendo en nuestro país, nos acerca mucho más a esa indefensión que sufrió el ciudadano americano que a la supuesta protección que se le presupone a un país de la Unión Europea. Y estas conclusiones no son gratuitas, ya que han sido el resultado de múltiples conversaciones que he mantenido con empresarios de las pymes que conforman el sector turístico de nuestra ciudad, ese sector que constituye un pilar fundamental en nuestra economía y que paradójicamente las administraciones no le han dado la atención merecida. Y no nos ceguemos por los múltiples anuncios oficiales de las cuantiosas ayudas prometidas al sector… nada que ver con la realidad como así me comentan muchos de estos empresarios. Estas ayudas están siendo en su mayoría enormemente escasas, establecidas con criterios muy discutibles y lo peor, llegan tarde… tan tarde que el grueso de ellas aún no se han materializado. Eso sí, han sido primorosamente envueltas en un magnífico papel celofán, al estilo de los huevos Kinder, para salir lustrosas y radiantes en los medios de comunicación.

En cualquier caso, sospecho que si hubiésemos sido gobernados por políticos de otro signo, el resultado hubiera sido tres cuartos de lo mismo, a fin de cuentas este país sigue cargando con la pesada mochila de la patente e inexplicable falta de sintonía entre la clase política y las pymes.

Aun así y centrándonos en la pyme turística de nuestra ciudad, entiendo que no le queda más remedio que volver morderse los labios y tirar para adelante con sus propios recursos, fuerza y coraje, que a fin de cuentas, es a lo que está acostumbrada.

Luis Miguel García Lozano

Colegiado Economista de Granada nº 479

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