ENTRE NUBARRONES NEGROS

OPINIÓN

ANTONIO Arredondo García

A uno le gustan los retos difíciles y el que acabo de imponerme no es moco de pavo: voy a intentar escribir un artículo con algún mensaje de optimismo en el panorama económico español, es decir voy a intentar encontrar brotes verdes. No, perdón, que eso suena a mentira. Voy a intentar encontrar un rayo de sol entre los nubarrones negros (esto suena más poético y menos manido). 

Los nubarrones negros no se los necesito contar, simplemente con abrir la ventana pueden verlos: las pensiones están congeladas, se ha reducido el sueldo de los trabajadores funcionarios, las nuevas leyes fomentan la precariedad laboral y, aún así, los datos sobre el empleo no mejoran; las agencias de rating bajan la calidad de la deuda pública española y alertan sobre la posibilidad de que nuestros bancos entren en pérdidas próximamente. No, no cierre la ventana, busque… busque…tal vez pueda encontrar algún rayo de sol, yo al menos, lo he encontrado: el déficit público es sólo del 3,45% en Septiembre, según el Secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña. Esto ha sido principalmente fruto del aumento de los ingresos, especialmente los provenientes del IVA. No obstante, me desconsuela saber que el sacrificio de funcionarios y pensionistas ha servido para poco ya que según Ocaña, los gastos sólo disminuyeron en un 2%.

No cabe duda que el hecho de que un aumento del tipo impositivo suponga un aumento de los ingresos es una buena señal ya que implica que no estamos en el máximo de la famosa curva de Laffer, aquella que explica que una subida continuada del tipo impositivo en un momento dado no se convertiría en un aumento de la recaudación, e incluso, podría producir una disminución del total recaudado. Por tanto, desde el punto de vista fiscal, la medida ha sido un éxito pero eso no nos puede hacer creer que la economía del país no sufrió con esta decisión. Sin duda, esto influyó negativamente en la demanda agregada y por tanto, en el empleo, aunque la verdad, no influyó tanto como los más pesimistas creían.

No son muchas las buenas noticias que recibimos sobre la economía española, pero sin duda la disminución del déficit público es una de ellas, ya que esto repercutirá en una disminución de la necesidad de financiación del Estado y en una mejora de su solvencia y ambas cosas implicarán que disminuya el coste de la deuda pública, lo que a su vez supondrá una disminución del gasto público si se sigue con racionalidad en el gasto.

Mi único miedo es que esta noticia justifique un nuevo despilfarro en periodos preelectorales o que este dato sea fruto de una contabilidad “creativa” como ocurrió en Grecia (e incluso en el Barcelona de Laporta) en cuyo caso sí sería horrible para nuestra credibilidad financiera.

Yo voy a creer en el dato y en el acierto de las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno (a pesar de ser uno de los trabajadores funcionarios sacrificados). Un rayo de sol no significa que el tiempo haya mejorado pero, al menos sabemos que detrás de los nubarrones, debe haber un sol. 

*(Antonio Arredondo es profesor 

de Administración de Empresas en el IES

 Pedro Jiménez Montoya de Baza)  

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