“Las entidades financieras no apoyan el proyecto para crear productos derivados de los frutos tropicales”

El Consejo Regulador de la Chirimoya es una entidad presidida por Antonio Sánchez González, que vela por este fruto tan típico de la Costa Tropical. En 2002 fue reconocida la Denominación de Origen Protegida “Chirimoya de la Costa Tropical de Granada-Málaga”. Con sede en Almuñécar, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida, impulsor de la denominación, controla el producto en forma rigurosa desde el origen hasta la comercialización por medio de un sistema de calidad basado en la norma UNE EN 45.011 de las entidades que realizan certificación. En la actualidad la chirimoya andaluza es la única que cuenta con Denominación de Origen. La zona amparada por esta denominación abarca una extensión de 858,7 kilómetros cuadrados, cuenta con más de 600 hectáreas inscritas y se comercializa aproximadamente el 30 por ciento del volumen total producido.

Este Consejo Regulador ha sentido como propio el revés dado por parte de las entidades financieras a uno de los proyectos más recientes en los que ha participado. Se trata del proyecto de la empresa Agroindustrias Tropicales de Almuñécar para la transformación agroalimentaria sobre pulpa de frutos tropicales.  Esta nueva iniciativa surge al amparo de los estudios que ha llevado a cabo el Consejo Regulador de la Chirimoya junto a la Junta de Andalucía, Universidad de Granada, Universidad de Cartagena, el Centro Internacional de la Conserva de Murcia y empresas privadas. 

«Nuestra sorpresa es que después del arduo camino y el apoyo que nos dio la exconsejera de Agricultura, Clara Aguilera, y tener aprobada una subvención de un 50 por ciento sobre un proyecto de 1,6 millones de euros (más IVA), nos encontramos con que las principales entidades financieras granadinas y andaluzas no ven viable el proyecto», afirma Antonio Sánchez. Él explica que es un proyecto «rentable, encaminado a reactivar la economía de la zona y dar valor añadido a los productos tropicales».

Pero se encuentran con un muro: «En este momento las entidades no están por prestar dinero a las empresas, que es su misión, para que podamos trabajar y sacar adelante nuevos proyectos». 

El proyecto para el que la Junta de Andalucía ha concedido una subvención de 800.000 euros pero que no cuenta con el apoyo del sistema financiero consiste en la construcción de una planta piloto para transformar la pulpa de los subtropicales en productos cremogenados de cuarta y quinta gama, como son zumos, néctares, compota, mermelada, postres o helados. «Es un proyecto muy interesante para dar salida al excedente de los productos tropicales y a todos esos frutos que se quedan en el campo o se desechan en los almacenes». «Se trata de aprovechar todo el producto, dándole un valor añadido a los frutos tropicales y a la agricultura de la Costa Tropical», asegura el presidente del Consejo Regulador.

La puesta en marcha de esta planta piloto conllevaría además otros beneficios para la zona ya que propiciaría la creación de empleo, con alrededor de 20 puestos en una primera fase.

Las empresas que están detrás de Agroindustrias Tropicales de Almuñécar son Frutas El Romeral, Frutas El Serval, Laicasur, Frutas Agrojete, La Fiorentina, Ferofruit, Manuel Fajardo y agricultores de la zona.

En cuanto a los proyectos de futuro del Consejo Regulador pasan por seguir haciendo promoción de la chirimoya y de los frutos tropicales de la costa granadina «que son de los mejores de España, de Europa y del mundo», afirma Antonio Sánchez.

El presidente del Consejo Regulador echa en falta un mayor apoyo a los frutos tropicales sobre todo en Andalucía «donde no se aprecian del todo los productos con Denominación de Origen como es el caso de la chirimoya». Sin embargo, «de Despeñaperros hacia arriba sí que se valora la calidad que conlleva una D.O.».

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