Entrevista a Francisco Cuenca, alcalde de Granada

El recientemente investido alcalde de Granada, el socialista Francisco Cuenca, se mueve en esta entrevista con toda la cautela que exige la situación política que le ha llevado a la alcaldía. Resulta complicado sacarlo de un guión preestablecido que le obliga a hacer un auténtico ejercicio de equilibrismo mientras va adquiriendo músculo institucional y consolidando un equipo de solo ocho concejales sobre el que recaerá la tarea de gobernar una ciudad con el rumbo perdido y en números rojos. Cuenca tiene experiencia política suficiente y es un hombre moderado y dialogante, ingredientes imprescindibles para gestionar la compleja situación que debe afrontar. 

Alcalde, aunque sea de forma global, ¿podría hacernos un análisis de la situación con que se ha encontrado al llegar al Ayuntamiento?

Bueno, lo primero que nos hemos encontrado es que hay un importante desequilibrio en el gasto. Es decir, tenemos unos marcos impositivos altos, con tasas de servicios ordinarios, como basura, IBI, billete del bus, también altos y, por contra, tenemos un modelo de gestión con unos servicios que no son de alta calidad, en casos incluso problemáticos y deficientes, como el transporte público. Así, como primer factor, nos hemos encontrado un desajuste importante entre lo que se paga y lo que se recibe, como consecuencia de la ausencia de un modelo de gestión económica eficiente. En segundo lugar, nos hemos encontrado con algo que empieza a asustarnos y que no es otra cosa que son los atrasos en el pago a los proveedores de servicios. En algunos de los casos, como ocurre con las empresas de mantenimiento de parques y jardines, los trabajadores ya han alertado de atrasos en el pago de la factura municipal, con todo lo que ello implica. Al margen de ello, también hemos notado un importante déficit en el seguimiento de esas contratas en orden a su mejor funcionamiento tal y como los propios pliegos establecían. Y en tercer lugar, nos hemos encontrado también con mucho gasto innecesario. Hablamos de pequeñas partidas vinculadas a la falta de optimización de los servicios. Vamos muy por detrás en temas de eficiencia energética, en consumo de luz, de agua, en guardia y custodia de servicios municipales, etc. Esa sería una radiografía superficial de lo primero que nos hemos encontrado.

Ustedes han planteado auditar externamente las cuentas, lo que nos lleva a preguntar si es que no existen funcionarios capacitados para llevarla a cabo o si se piensa que no son fiables.

Es una excelente pregunta. Mire, yo soy funcionario y lo primero que quiero es trasladar un mensaje de tranquilidad a los mismos. Hay muy buenos profesionales en el Ayuntamiento de Granada y excelentes servidores públicos, la inmensa mayoría diría, pero hay tres planos de auditoría que vamos a poner en marcha ; una de la Cámara de Cuentas, que ya está en marcha; la segunda la auditoría interna, que ya he dado instrucciones a nuestro concejal de Economía, Baldomero Oliver, para que se siente con los servicios de Intervención y se pongan las cuentas, los contratos, la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), etc, encima de la mesa para su análisis. En cuanto a la auditoría externa esta ha sido consensuada con el resto de grupos políticos, si bien lo primero que hemos hecho, habida cuenta de que eso lleva un proceso y tiene un coste, es pedir un informe jurídico a los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento. Está claro que no podremos iniciar nada antes de cinco o seis meses. Es cierto que la auditoría externa tiene una ventaja importante y es que en un momento determinado te pueden orientar sobre alternativas. Es decir, que tiene también o puede tener un componente de consultoría. 

Con el escenario descrito anteriormente ¿va el nuevo equipo de gobierno a subir los impuestos?

Bueno, el Ayuntamiento no está parado. Es decir, este alcalde en quince días ha hecho gestiones que no valen dinero pero impulsan la ciudad. Por ejemplo, buscar un marco de entendimiento con la familia Lorca para que podamos tener el legado y con ello incrementar los visitantes que puedan venir buscando su obra, eso no vale dinero, sino que es cuestión de empeño, de voluntad. Lo mismo se puede decir cuando no queremos desprendernos del Patrimonio y no queremos vender la Casa Agreda, algo que tampoco vale dinero, es una cuestión de voluntad. O establecer un nexo permanente con la Universidad, que no existía,  y tampoco cuesta nada.

 Ahora bien, es verdad que estamos preocupados conforme vamos abriendo cajones. Si bien, ahora mismo no tenemos en mente subir los impuestos, lo que sí vamos a hacer es contener el gasto. ¿Y dónde vamos a hacerlo? Pues fundamentalmente en aquellas áreas de prestación de servicios donde entendemos que está desbordada la situación entre el servicio que se presta y el coste. Es decir, vamos a racionalizar el gasto.

¿Incluye esa racionalización del gasto la supresión de servicios como la televisión municipal?

Nosotros ahora mismo entendemos, con los datos que vamos teniendo, que no hay porqué suprimir ningún servicio pero sí hay que racionalizar. Hay servicios determinados donde es preciso reducir el gasto y eso puede implicar una modificación importante. Sobre el TG7 yo soy partidario de que exista un servicio público de comunicación, de radios públicas y televisiones públicas, netamente públicas y sin manipulación. No puede ser que hayamos tenido una televisión municipal al servicio del equipo de gobierno para mayor gloria, bombo y platillo, así como para colocar a gente de partido que actúen al dictado de lo que le indiquen. Eso es ilegal y debe tener sus consecuencias. Dicho eso, estamos revisando el modelo de gestión de la televisión pública para hacerlo eficiente económicamente y le voy a dar un dato: ¿tiene sentido que una televisión pública no tenga un aporte publicitario que le de viabilidad económica? Puede tenerlo perfectamente lo que pasa es que nadie se ha preocupado nunca de que sea así. Y habrá que buscar ese modelo que limitando el gasto nos abra al mismo tiempo otras vías.

¿Qué proyectos económicos y de empleo serán prioritarios?

Dicho todo lo anterior, ahora debemos mirar hacia el futuro y caminar con otra perspectiva. Digamos que hay dos líneas fundamentales de trabajo en esta ciudad; por un lado,  una línea dirigida a la pequeña y mediana empresa en Granada que están pagando unos impuestos enormes y que no tienen ningún tipo de soporte de colaboración, de apoyo. Hablo de medidas de simples prestaciones de servicios, como la carga y descarga, o de gente que está pagando una barbaridad de tasa de basura y agua por tener una oficina abierta. 

No puede ser que una pequeña planta de oficinas de Camino de Ronda esté pagando de basura lo mismo que el Mercadona de esa calle, eso es inaceptable por lo que hay que redistribuir esas cargas. Esta es una ciudad de servicios con mucho profesional autónomo al que hay que echarle una mano en aquello en que sea competente el Ayuntamiento, como impuestos o servicios. Y luego, entiendo, que esta ciudad tiene que captar pequeñas y medianas empresas, y las tiene que captar poniendo todos los medios públicos disponibles para que eso ocurra, porque detrás de esas empresas que captemos vendrán otras.  Por eso también apoyamos, con el alcalde a la cabeza, a On Granada. 

Los turistas que vienen en su vehículo a Granada se quejan de la cantidad de multas que sufren ¿hará algo el Ayuntamiento para cambiar esto?

Los hoteleros nos dicen a menudo que eso es un problema. Hay que permitir, y eso técnicamente hoy es relativamente fácil, el acceso sin complicaciones de los turistas hasta sus hoteles. Se trata de turistas que van a nuestros hoteles y comen en nuestros restaurantes y hay que cuidarlos. Nosotros tenemos en cuanto a movilidad dos líneas de trabajo: una, que haya menos coches en el centro y, segunda,
que se garantice que quien tenga un negocio en el centro pueda recibir de forma cómoda a sus clientes. En ese sentido, hay que empezar a hablar de parking disuasorios con un servicios público de lanzadera, los llamados “park and ride”, que pasen por los correspondientes hoteles. Y obviamente facilitando también el trabajo a los taxis que ahora, por cierto, tienen bastantes problemas en determinados sitios para bajar a pasajeros, pensemos en los hoteles por los que delante pasa la LAC.

Cambiando de tercio,  ¿puede este Ayuntamiento sostener esta plantilla con la deuda que tiene?

Esta ajustada. Es decir, el número de trabajadores públicos está ajustado. El problema es que hay que desarrollar una nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para atender a las necesidades del Ayuntamiento. Hace 10 años, el área de urbanismo necesitaba centenares de trabajadores, hoy parece que eso tiene poco sentido y que son otras áreas las que pueden ir demandando personal y de eso se trata, de adaptarse a esa nueva realidad con los mismos trabajadores. 

Una última cuestión, alcalde: ¿Recuperar para Granada peso político implica reclamar la capitalidad sanitaria?

Sin duda. Pero Granada ya es la capital sanitaria de Andalucía. Mire, hay una cuestión fundamental: tenemos todas las mimbres, el hospital más importante de Andalucía, un parque tecnológico de Ciencias de la Salud donde se da la confluencia de todo lo que debe generar economía vinculada a la salud, una excelente universidad y unos excelentes servicios sanitarios, somos líderes de Andalucía de investigación biosanitaria, y lo que tenemos que hacer es que todo eso se convierta en tractor de empresas y generación de economía. Este Ayuntamiento intentará que eso se transfiera al ámbito productivo, promoviendo intereses económicos. Hasta ahora el anterior alcalde poco ha hecho por esta cuestión pero ahora me voy a poner al frente de la marca ‘Granada Salud’ para intentar estimular al máximo todo su potencial. 

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