La nueva IGP del Pan de Alfacar

Llevo trabajando más de diez años con el sector del pan, en concreto trabajando con los panaderos de una comarca de Granada donde la actividad es  predominante y se lleva a bandera. 

Con solo nombrar el nombre del pueblo ya se asocia a un BUEN PAN,  me refiero a los panaderos de Alfacar y Viznar, y a su producto “Pan de Alfacar”. En esta época, donde al pan no se le da valor y se está perdiendo la tradición y elaboración artesanal, perdiendo en el camino su textura, sabor y aroma,  estamos asistiendo a la llamada “guerra del pan” con una reducción de precios al absurdo que está afectando desde hace años a esta comarca que no puede competir con las panificadoras industrializadas.

 Pero cuando hablamos o mencionamos “Pan de Alfacar” lo asociamos directamente a UN BUEN PAN, creándose popularmente una denominación de origen que se ha llegado a usar para distinguir y atraer la venta, respecto a los consumidores que buscan esa calidad y tradición en la elaboración.

 Pero ¿Qué es Pan de Alfacar?, ¿quién nos garantiza que lo que compramos es Pan de Alfacar? Para preservar  una forma de hacer pan artesanal , surge la necesidad de protección de ese bien que identifica esta zona geográfica. Han sido muchos años de esfuerzo, trabajo y constancia hasta conseguir proteger esa tradición panadera de años y años, realizada generación tras generación, y que concluye con la obtención de la Identificación Geográfica Protegida (IGP) del “Pan de Alfacar”.

Dicha IGP,  nos asegura, tal cual se describe en su pliego de condiciones, que se elabora en el término municipal de Alfacar y/o Viznar, con el agua de ese lugar que por su composición influye en el resultado del producto, que el proceso de elaboración es el tradicional y propio de la zona de una forma artesana, sin acelerantes en condiciones ambientales y no controladas y  elaboración manual pieza por pieza. 

La IGP Pan de Alfacar, nos va a permitir localizar este producto y saber si realmente, adquirimos ese producto excepcional.  A nadie escapa que dicho identificativo supone un coste económico a los artesanos que es inevitable repercutir en el precio final, pero redunda en un valor añadido al producto que es la garantía de origen y calidad  hacia el consumidor que esta dispuesto a pagar más por aquello que merece la pena, y con ello se abren para la empresa nuevos mercados de venta.

Ahora comienza otra etapa, eliminar del mercado a los oportunistas que bajo el mismo nombre venden gato por liebre y vacían de contenido y desprestigian la denominación “Pan de Alfacar”.

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