“Hemos conseguido que una cruz verde en una fachada sea sinónimo de auxilio”
Entrevista Manuel Fuentes, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada

El Colegio de Farmacéuticos de Granada cumplió 120 años  el pasado mes de enero. Una efemérides que esta entidad profesional conmemora a lo largo del presente ejercicio con diferentes actos y que le ha valido que se le otorgase el pasado 28 de febrero, Día de Andalucía, la bandera de esta comunidad autónoma. Han sido, por tanto, un buen número de generaciones de profesionales de la farmacia a las que ha representado y defendido el organismo colegial. Y lo sigue haciendo, pues no en vano su actual presidente, Manuel Fuentes, apunta en la entrevista concedida a GRANADA ECONÓMICA que los problemas y los retos a los que se enfrentan los boticarios granadinos -como los del resto del país- no son pocos. Uno de ellos ha sido la subasta de medicamentos, una imposición que los farmacéuticos andaluces han tenido que acatar pero que con el nuevo Gobierno de la Junta tiene los días contados. Fuentes también apunta en este sentido otro problema que ha adquirido un volumen significativo aunque todavía minoritario, como es la venta por internet de medicamentos sin receta y sin estar adscritos a alguna oficina de farmacia. El máximo responsable colegial alerta en este caso de que “no está garantizada ni la autenticidad ni las condiciones de conservación” que precisan estos fármacos por lo que censura este tipo transacciones en beneficio del paciente.

El Colegio de Farmacéuticos de Granada cumplió el pasado mes de enero 120 años. ¿Qué dos o tres logros destacaría a lo largo de este espacio de tiempo, tanto en el ámbito profesional como en el asistencial?

Los esfuerzos de varias generaciones de farmacéuticos granadinos para conseguir un colegio profesional y obligatorio que los agrupara a todos se vieron recompensados cuando en enero de 1899 quedó constituido el Colegio Oficial de Farmacéuticos de esta provincia, que hizo el número quince de toda España, -detrás de los de Barcelona, Lérida, Málaga, Vitoria, Sevilla, Tarragona, Gerona, Palencia, Madrid, Burgos, Córdoba, Coruña, Pontevedra y Albacete- y el cuarto de Andalucía. Con él nació la primera Junta de Gobierno para la que se nombró presidente a Juan López-Rubio Pérez, un brillante farmacéutico onubense que llegó a Granada para estudiar la carrera de Farmacia y que, en poco tiempo, se convirtió en uno de los personajes más influyentes y prestigiosos de esta provincia. En todos estos años, el Colegio ha sido el apoyo y soporte imprescindible para que la farmacia evolucione hasta el modelo que hoy conocemos. Ha sido un foro permanente de formación postgraduada, siendo el primer colegio que cuenta con el reconocimiento de la agencia de calidad sanitaria. De la misma forma ha coordinado toda la evolución técnica experimentada por la farmacia, desde la implantación de la receta electrónica, hasta el reciente sistema de verificación de medicamentos dispuestos por la Unión Europea. También destacaría la su labor social colaborando con asociaciones de pacientes para atender sus necesidades y dar visibilidad a los enfermos.

¿Y todo esto, la andadura del Colegio de Farmacéuticos, comenzó en Granada con Mariano del Amo, hace más de un siglo y medio?

Así es. Fue un hombre de gran formación humanista, intelectual, creativo, inquieto y profesional que se ganó el respeto de sus compañeros y de la sociedad. El vivió su tiempo, época política diferente y compleja, que necesitó esfuerzos y sacrificios a veces no del todo suficientemente valorados, Mariano del Amo fue elegido presidente del Colegio Farmacéutico en el mes de diciembre de 1856. Hombre de amplia formación científica y humanística participó activamente en la redacción de los estatutos que regulaban aquel colegio, que se definían como una asociación de “profesores de farmacia cuyo objeto es promover y propagar los adelantamientos de dicha ciencia y auxiliares, velar por el buen orden y el ejercicio de la profesión y contribuir al decoro y la prosperidad de la clase”. Aunque como dije al principio, la puesta de largo fue con López-Rubio.

¿Qué volumen de farmacéuticos y de oficinas de farmacia existen hoy en día en la provincia? ¿Cubren toda la demanda existente por pequeña que sea la localidad?

Actualmente en el Colegio cuenta con cerca de 1.900 asociados y en la provincia hay 535 oficinas de farmacia abiertas. Todos los términos municipales de la provincia cuentan con un farmacéutico que atiende a la población desde su establecimiento sanitario. Podemos afirmar que todas las localidades de la provincia de Granada cuenta con una oficina de farmacia o botiquín que atiende a su población.

La transición de una actividad farmacéutica tradicional a otra de asesoramiento al ciudadano para una correcta utilización de los medicamentos, ¿ha calado entre los pacientes, hacen uso de la información que se les brinda?

Sin duda. El farmacéutico es el profesional sanitario experto en medicamentos y el ciudadano es consciente de ello. Uno de cada tres pacientes que acuden a la farmacia lo hacen buscando información. Además, con esta labor de asesoramiento y seguimiento farmacoterapéutico contribuye activamente al sostenimiento del sistema público de salud.

Riesgos en internet

Cada vez es mayor la venta de medicamentos por internet, que no tienen las garantías exigibles. ¿Qué riesgos comporta utilizar este canal y qué porcentaje de facturación supone ya frente a la actividad farmacéutica legal?

La venta de medicamento sin receta por internet está regulada por ley y es posible siempre que se haga a través de una oficina de farmacia legalmente abierta que ha obtenido la pertinente autorización de la Agencia Española del Medicamento y de la autoridad sanitaria de su comunidad autónoma. Desde aquí quiero reiterar que solo deben comprarse medicamentos a través de páginas web de estas oficinas de farmacia, nunca por otros canales ya que en éstos no está garantizada ni la autenticidad ni las condiciones de conservación que precisan los medicamentos. Esta fiabilidad y garantía, además del asesoramiento del que hablamos antes es lo que hace que el porcentaje de venta de medicamentos y productos sanitarios sea aún hoy mayoritario en la oficina de farmacia tradicional.

Ha tenido lugar, en momentos puntuales, cierto desabastecimiento de medicamentos. ¿A qué tipo de productos ha afectado y cómo ha respondido el sector?

Los desabastecimientos vienen motivados por diversas circunstancias, falta de suministro de los laboratorios motivada por el incremento de la demanda o la escasez del principio activo. Aunque en algunos casos ha causado cierta alarma social, la realidad es que desde la farmacia siempre se ha dado respuesta a la población.

¿Qué opinión tiene sobre la controvertida subasta de medicamentos que ha estado vigente en Andalucía desde hace varios años?

La subasta ha sido una imposición que los farmacéuticos andaluces hemos tenido que acatar los últimos años. Uno de los principales problemas con los que nos hemos encontrado en nuestro quehacer diario ha sido el tener que explicar a los pacientes por que no podíamos dispensarles su medicación habitual o la marca comercial y obligatoriamente debíamos poner a su disposición la que había sido seleccionada por los responsables de la Administración andaluza. Sin duda medicamentos que contaban con la autorización sanitaria, pero que no era el que el paciente tomaba habitualmente o el que podían proporcionales fuera de nuestra comunidad autónoma. El nuevo Gobierno andaluz anuncia ahora que en breve suprimirá esta medida, y si es así quien realmente saldrá ganando es el ciudadano.

Retos de futuro

¿Qué retos les esperan a los nuevos colegiados en un mercado cada vez más abierto, globalizado y en el que los grandes laboratorios y distribuidoras tienen cada vez un papel más destacado e incluso monopolístico en algunos casos?

La formación continuada que ofrecemos desde el colegio, reconocida como de alta calidad por las autoridades académicas y políticas de la Comunidad andaluza, nos avalan como institución que procura la incorporación de los licenciados al mercado laboral, en muchos ámbitos, como la docencia, la administración pública o la investigación, abriendo nuevos nichos laborales, desde el convencimiento de que el colegio acoge a todos, no solo a los que tienen oficina de farmacia.

Usted se ha referido en alguna de sus últimas intervenciones públicas a una mayor transversalidad de la práctica profesional farmacéutica con la de otros profesionales de la salud. ¿Queda camino por recorrer en la colaboración de todos los estamentos que atienden a los pacientes?

La intervención del farmacéutico en la detección de reacciones adversas de medicamentos o problemas relacionados con la administración de los mismos y su inmediata comunicación al profesional médico es una realidad que nos permite evitar mayores problemas de salud, o incluso ingresos hospitalarios. Por tanto, debemos seguir en esta línea, implantando en las oficinas de farmacia servicios profesionales que nos son inherentes y que permitan estrechar la colaboración con el resto de profesionales sanitarios en atención a mejorar la salud del paciente.

El pasado Día de Andalucía, el colegio que usted preside fue galardonado con la entrega de una bandera de la comunidad. ¿Cual ha sido la reacción de los boticarios?

El colectivo al que represento se ha visto muy reconocido por la Administración andaluza, no solo por cumplir ciento veinte años al servicio de los ciudadanos, sino, por la transformación que a lo largo de estos años hemos llevado a cabo desde la oficina de farmacia, para ofrecer un mejor y más completo servicio a la ciudadanía, siempre en colaboración con el resto de los profesionales que completan la rama de la salud. Hemos conseguido que una cruz verde en una fachada, sea sinónimo de auxilio, información, y consejos adecuados a nuestras dolencias, y eso la sociedad nos lo agradece cada día con su fidelidad y confianza. El boticario es un vecino más del barrio, que además de su amistad, nos aconseja bien.

Los ciudadanos ¿valoran el acceso directo y en muchos casos gratuito a unos medicamentos que les permiten vivir mejor o incluso más años?

Si, el paciente es consciente de la labor que realizamos y del servicio que prestamos y así nos lo hace saber cada día, con su confianza y su alta valoración. En la cadena sanitaria -según las encuestas- somos el eslabón más valorado por los pacientes, y eso se debe, a nuestra información gratuita a todos aquellos que pisan una oficina de farmacia, a los que asesoramos con total entrega.

Compartir es demostrar interés!