Efecto del COVID19 en la evolución de nuestras exportaciones
Antonio Mingorance Montes. Economista Colegiado Nº 658 Colegio Profesional de Economistas de Granada

La pandemia histórica que nos ha tocado vivir ha generado una importante crisis sanitaria que ha obligado a las administraciones de los países afectados a poner en marcha una serie de medidas para frenar su propagación. Unas medidas que no solo están frenando la propagación, sino también la economía de la mayoría de los países del mundo. Estos cambios de hábitos en la sociedad suponen una reducción global del consumo de bienes y servicios y, como resultado, las exportaciones e importaciones se reducen.

En España, comenzó el año en cuanto a la exportación de bienes con una tendencia positiva creciendo hasta el mes de febrero. Con la llegada en marzo del confinamiento domiciliario en gran parte del mundo, especialmente en Europa, nuestras exportaciones de redujeron en un -14,5% hasta alcanzar en septiembre una reducción acumulada de un -12,6%. Los sectores que se han visto más afectados han sido: bienes de equipo, sector del automóvil y manufacturas de consumo.

Por otro lado, las exportaciones de servicios registraron una reducción anual del -18% hasta junio de 2020, último mes en el que disponemos de datos. Los sectores más afectados durante este periodo en el área de servicios han sido las telecomunicaciones, informática e información (-39,1%) y los del transporte (-28,5%).

El sector del transporte, al que me dedico profesionalmente en cuerpo y alma, abarca tanto el transporte de mercancías como el de viajeros, este último afectado de lleno por la actual pandemia.

La incidencia en la rama del transporte de mercancías, servicio muy ligado al consumo nacional e internacional de bienes, varía en función del segmento en el que estén especializados sus servicios y la repercusión de la crisis económica en dicho sector. Por ejemplo, en el sector de la automoción ha supuesto inevitablemente un descenso de su actividad; en el lado opuesto, las empresas dedicadas a segmentos no afectados por la pandemia como el de alimentación y bebidas.

En definitiva, vendemos y compramos menos, al igual que sucede en el resto del mundo, y esto afecta a nuestras exportaciones. No obstante, hay que tener muy presentes datos que en este complicado escenario debemos percibir como un aliciente:

En septiembre, las exportaciones de bienes frenaron su caída manteniendo una desviación negativa con respecto a septiembre de 2019 de -0,9%.

En este mismo mes, el retroceso experimentado por España en las exportaciones fue menor que el experimentado por la UE-27(-1,5%), Alemania (-3,8%), Francia (-6,1%) o Reino Unido (-16,5%) e, incluso, con grandes potencias fuera de la UE como Estados Unidos (-9,5%) y Japón (-4,9%).

Los expertos sanitarios aseguran que ya podemos percibir en el horizonte el final de esta pandemia (que finalmente se irá), pero la economía se queda y su evolución está en nuestras manos, los consumidores finales. Para superar esta situación no debemos de volver a caer en algunos errores de 2009 como reducir nuestro consumo a toda costa con objeto de incrementar el ahorro. Es cierto que hay familias se encuentran atravesando una delicada situación debido al azote de la pandemia y deben ser muy prudentes, pero hay otra parte de la sociedad que tiene la suerte de afrontar esta situación en otras circunstancias, y es a estas últimas a las que me refiero: si tenemos una camisa con un agujero, hay que comprar una nueva en lugar ponerle un parche, si al ordenador del pequeño comercio le toca un cambio, hay que renovarlo. En nuestras manos queda el deber de continuar, y solo con la actitud que hemos demostrado hasta la fecha los españoles superaremos este bache, ya que, como hemos visto, septiembre arroja resultados optimistas en cuanto a nuestra exportación y solo nos queda trabajar en el territorio nacional.

Compartir es demostrar interés!