La Villa Romana de Salar como motor económico
Armando Moya Castilla, Alcalde de Salar

Para un pueblo como Salar, cuya economía se basa principalmente en la agricultura, la irrupción de la Villa Romana como fuente alternativa de ingresos con la puesta en valor del patrimonio local ha supuesto un antes y un después.

Desde su apertura el 5 de diciembre de 2015 hasta la actualidad, el número de visitas no ha parado de crecer, pasando de las cuatrocientas en el año 2016 hasta las casi 10.000 del 2019. Esto no solo ha situado a Salar en el mapa como referente arqueológico nacional, sino que también ha posibilitado una floreciente economía local, que queda bien reflejada en los establecimientos de restauración, eventos deportivos, la venta de souvenirs y la elaboración de productos bajo la marca “Villa Romana de Salar”. Entre ellos, aceite de oliva, miel, pan romano, espárragos y mermeladas.

Con la puesta en valor del patrimonio histórico de nuestros municipios conseguimos un doble objetivo: Por un lado, la diversificación de la economía para no depender solo de la agricultura y, por otro, fijar la población a nuestros pueblos y así evitar el éxodo rural; uno de los principales males a los que nos enfrentamos los pequeños ayuntamientos, como es el caso de Salar.

Conseguir estos dos objetivos no es un camino fácil y debe de contar con la colaboración de todas las administraciones públicas. Diputaciones, gobiernos autonómicos y el Estado tienen que ir de la mano junto a las corporaciones locales para hacer llegar todos los recursos económicos posibles, ya que su capacidad de financiación es muy limitada. En este sentido, una de las herramientas principales de trabajotiene que ser la firma de convenios de colaboración que cuenten con la dotación económica suficiente.

Otro pilar fundamental es la colaboración estrecha con los divulgadores del conocimiento, como son las Universidades. En el caso dela Villa Romana de Salar, nuestro avance no hubiera sido el mismo sin la Universidad de Granada. Las cinco campañas arqueológicas, que se han realizado conjuntamente, han sido fundamentales para sacar a la luz la gran riqueza que se escondía en nuestro yacimiento. Además, su labor científica de divulgación ha llegado a todos los rincones del mundo; razón por la cual un gran número de nuestros visitantes provienen de otros países.

Estoy convencido que este camino que iniciamos hace cinco años es el correcto para que Salar y su Villa Romana sean referente internacional en el mundo arqueológico. Esto no solo traerá riqueza a nuestro municipio, sino también a nuestra comarca y, por extensión, a nuestra provincia.

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