REKUPERACIÓN con K
Eduardo Pérez Arco Economista colegiado 640, abogado colegiado 7.979, administrador concursal perito judicial

Teniendo en cuenta que el PIB mide la producción de bienes y servicios, en el caso de España tenemos motivos de optimismo una vez analizada la variación de este indicador en lo relativo al tercer trimestre del 2020, con una subida del 16,4%. He elegido este dato ya que nos revela que la propensión al consumo e inversión se hace efectiva toda vez que las medidas sanitarias y las restricciones en la movilidad se relajan. Y ¿cómo esperamos que sea la recuperación? La misma será en forma de K, siendo su principal característica la desi-gualdad, donde algunos sectores se recuperarán de forma más acelerada, mientras otros seguirán en constante línea descendente.

Esta disparidad es fruto del beneficio que reciben aquellos sectores y empresas más digitalizados y con base tecnológica en detrimento de aquellos que necesitan del contacto directo.

Estamos hablando de recuperación en dos velocidades, a ritmos distintos. Me niego a aceptar los conceptos de ‘ganadores’ y ‘perdedores’. Si bien es cierto que cada negocio se encuentra dentro de un sector y con unas características propias que lo sitúa en un punto de partida en la línea ascendente o descendente de esta K, siendo nuestra capacidad de adaptación, agilidad en la toma de decisiones y resilencia la que nos pueda hacer pasar de una tendencia descendente a la ansiada línea de recuperación.

Una vez hemos situado nuestros negocios dentro de la K, ahora debemos dimensionar los mismos para adaptarlos a un nuevo entorno, con unas reglas del juego distintas donde la digitalización, la presencia en internet y la reestructuración de deudas para adaptar el pago de las mismas a nuestros ingresos esperados, será totalmente imprescindible para continuar en la línea ascendente de nuestra recuperación.

Una vez hayamos hecho nosotros los deberes, ¿Qué debemos esperar del Gobierno? En vista del incremento del gasto del Estado que llevará aparejado un crecimiento de la deuda pública a niveles nunca vistos anteriormente hasta situarla en el 120% del PIB, aumento de la cuota de autónomos y una subida de impuestos que afecta tanto a la inversión como al consumo, sólo nos cabría pedir que no siga poniendo palos en las ruedas de la necesaria y ansiada recuperación económica.

Si analizamos varios datos y variables tales como la consolidación de una mejora sanitaria de la mano del efecto vacuna que parece haber comenzado, la perspectiva de crecimiento de la economía avanzada por el Banco de España, situando la misma entre el 4,2% y el 8,6%, en función de tres posibles escenarios y una correcta y eficiente aplicación de los fondos europeos, podemos afrontar este 2021 con cierto optimismo, sin olvidar que tal y como decía Pablo Picasso, “cuando llegue la inspiración, que te encuentre trabajando”.

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